bilbao - Pedro Sánchez visitará pasado mañana Euskadi en un momento en que el PNV le está pidiendo gestos públicos que reafirmen su compromiso con el calendario de transferencias. Pero el presidente en funciones, en principio, no tiene en agenda ninguna reunión con el lehendakari, y por ahora tampoco tiene nada previsto con los jeltzales. Su visita tiene como única razón de ser dar su respaldo a Idoia Mendia en el acto en Barakaldo, donde será presentada como candidata a lehendakari. Fuentes del socialismo vasco no tienen previsto que la propia Mendia organice una minicumbre con Sánchez y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. La presencia de Mendia ha sido habitual en las últimas citas, como sucedió en el reciente encuentro en Madrid. Sánchez está ya inmerso en la caravana electoral, que lo llevará antes a Oviedo y Vigo. Su discurso está, además, virando hacia el electorado de Ciudadanos.
Los portavoces jeltzales en el Gobierno Vasco, de coalición con los socialistas, han pedido a Sánchez un gesto público con las transferencias ante el bloqueo que se arrastra desde el pacto sobre la autopista AP-68 en abril. Es una posibilidad que Sánchez haga un guiño ante esta presión en el mitin en Barakaldo, al estilo del gesto que hizo anteayer en Valencia al confirmar que va a pagar las entregas a cuenta a las autonomías de régimen común, aunque su campaña parece que va por otros derroteros con la intención de hacerse con el espacio de Ciudadanos. Sin embargo, el PSE entiende que no hacen falta más guiños sobre el Estatuto de Gernika. “Los socialistas no estamos arrojando ninguna duda sobre el calendario”, defienden. No opina lo mismo el PNV, que ve cómo Sánchez ve margen para actuar en otros ámbitos como las entregas a cuenta para otras comunidades, y no reactiva las transferencias con el argumento de que se encuentra en funciones, con atribuciones limitadas hasta que el gobierno se constituya oficialmente. No sucederá hasta principios del año que viene, meses después de las elecciones del 10 de noviembre.
Los socialistas vascos se encuentran entre la espada y la pared porque un incumplimiento de Sánchez en este sentido los dejaría en una posición comprometida. Pero el PSE cree que el cumplimiento de lo pactado está siendo razonable y que la satisfacción es alta. Creen que Sánchez tiene una voluntad clara, y que es comprensible el atasco en esta situación de interinidad. Consideran que el calendario deberá ajustarse cuando el Gobierno español se encuentre en pleno uso de sus funciones. - M. Vázquez