Madrid - “El país por delante de las siglas y de los intereses partidistas”. Esta es la tarjeta de presentación de la candidatura de Íñigo Errejón a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre, después de su anuncio ayer de que concurrirá a los comicios. El ya candidato de Más País -así se llamará la nueva marca- hizo una llamada a evitar durante la campaña electoral reproches sobre la culpa de la situación actual de bloqueo y ausencia de investidura por la “irresponsabilidad” de PSOE y Unidas Podemos. Reclamó a los partidos de izquierda y progresistas a actuar con responsabilidad y presentó su candidatura como el antídoto para la abstención que podría facilitar la victoria de la derecha.
En su discurso Errejón lamentó que tras las elecciones del 28 de abril el PSOE y Podemos no fueran capaces de “anteponer las necesidades de España a las necesidades de sus propias siglas”. “Si queremos que el resultado sea diferente, hay que votar diferente”, agregó, al tiempo que emplazó a evitar una “guerra fratricida” entre las izquierdas y que haya una campaña “de reproches, de trincheras, de tú más, de quién rompió los platos”.
Las papeletas verdes prácticamente unánimes en el salón de actos de la Casa del Pueblo de UGT de Madrid convirtieron a Errejón en candidato de Más País. El cofundador de Podemos y ahora líder de un partido que competirá contra él en la carrera electoral dedicó sus primeras palabras a la militancia. “Estoy dispuesto a encabezar la candidatura”, declaró tras el apoyo a concurrir para poner freno a una situación de bloqueo y con una iniciativa “de progreso, ecologista y feminista”.
“No nos importa quién rompió cada plato, sino quién lo paga, quien puede pagar que gane la derecha son las mujeres, el LGTBI, el cambio climático o los derechos sociales”, arengó el candidato sus bases en el auditorio de UGT Madrid.
En esta clave aseguró que su plataforma no quiere formar “parte del ruido sino ser parte de la solución”, por lo que se comprometió a que cada escaño de su partido será para garantizar un gobierno progresista. “Da igual que haya más papeletas progresistas, si no se transforman en un Gobierno”, reprochó.
La candidatura será mayoritariamente femenina en los puestos importantes de las listas y solo se presentará a las elecciones en aquellas circunscripciones en las que no perjudique las expectativas electorales del bloque progresista con el fin de “enfrentar la abstención y hacer más grande, más sólido, más pragmático y más responsable el bloque progresista en España”.
Errejón tiene de plazo hasta las 12 de la noche del próximo domingo para registrar ante la Junta Electoral la coalición con la que concurra a las elecciones. Por el momento, cuenta con el apoyo de Compromís en Valencia y parece que una alianza con la Chunta en Aragón está próxima, aunque no se descartan más alianzas antes de la fecha límite y tampoco se pueden descartar pactos tras la noche electoral.
Sobre la expansión de su marca desde su base en Madrid a otros territorios del Estado español, aludió a la Chunta Aragonesista, formación con la que negocia presentarse en coalición el 10-N, así como a Compromís -hasta ahora confluencia valenciana de Podemos pero que el pasado lunes decidió mayoritariamente apoyar a Errejón-. También expresó su deseo de atraer como aliado a Equo. El partido verde está inmerso en una grave crisis entre los que apuestan por lanzarse al partido de Errejón y los que abogan por mantenerse dentro de la coalición Unidas Podemos. El líder de la formación, el alavés Juantxo López de Uralde, ha dejado entrever estos días su malestar por lo que considera una injerencia.
Errejón no hizo mención al resto de las confluencias de Podemos donde podría arañar apoyos, entre ellos los gallegos de En Marea que lo están estudiando. Más díficil lo tiene con los comunes catalanes, que ya le han avisado que no le van a respaldar. La nueva marca electoral prevé presentarse en una quincena de circunscripciones electorales, en concreto en aquellas donde se disputan más de siete u ocho escaños al Congreso de los Diputados para evitar la división de la izquierda. En los territorios donde se reparten más escaños el reparto de diputados es casi proporcional a los votos, mientras que allí donde hay pocos escaños en juego el riesgo de que se pierdan votos es elevado.