madrid - Bel Pozueta, madre de Adur Ramírez de Alda, aseguró ayer tras la conclusión de la vista que las familias no han perdido la esperanza en estos tres años “tan duros y de tanto sufrimiento” y exigió al Supremo que acabe con “esta sinrazón”. “Existe la posibilidad de que se acabe el sufrimiento que están viviendo, que empiecen a gestionar sus vidas, porque se les ha robado la vida estos años”, añadió. Pozueta añadió que durante la vista de los recursos se ha observado que “el juicio no fue garantista y que la Guardia Civil ha estado presente en todo momento. Para ella, después de tres años, es un insulto que se diga que se ha garantizado la presunción de inocencia en este caso. Se ha construido un relato y ahora existe la posibilidad de acabar con este sufrimiento. Hoy podemos encontrar la llave que abre o termine este proceso. Si hasta ahora ha habido una voluntad política sobre esta causas, algo de lo que no hay dudas, el Supremo puede abordarlo desde planteamientos jurídicos que hagan lógico el caso”.
Los familiares de los condenados recibieron el apoyo in situ de representantes de partidos nacionalistas vascos y catalanes. Uno de ellos fue el diputado del PNV Joseba Agirretxea, quien subrayó que las penas impuestas son “totalmente desproporcionadas” y que el caso se ha visto afectado por un “entorno político”. Oskar Matute, de EH Bildu, pidió un “reclamo ciudadano para que se ponga fin a este esperpento”, así como la libertad de los condenados.
A la “solidaridad” también ha llamado la diputada de ERC Marta Rosique, quien apuntó que el caso de Altsasu “afecta a todos” porque supone “una clara vulneración de nuestros derechos”. Miriam Nogueras, de JxCat, aseguró que España está haciendo “una vez más el ridículo internacional” al mantener a los ocho jóvenes “injustamente” en la cárcel. - DNA