vitoria - El PP ha lanzado una ofensiva parlamentaria para pedir que cesen los homenajes a los presos de ETA a su salida de la cárcel, pero la principal interpelada no es la izquierda abertzale, sino que toda la presión la sitúa sobre el Gobierno de Urkullu, a quien acusa de tibieza por no prohibirlos. La Mesa del Parlamento Vasco dio cauce ayer, como hace cada martes, a la tramitación de una batería de propuestas entre las que se encuentran una proposición no de ley en la que el popular Carmelo Barrio pide que se inste al Gobierno vasco a prohibir estos actos. Además, el PP ha registrado varias preguntas para la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, con el fin de que aclare si la Ertzaintza estuvo presente en los actos y si vio indicios de delito. Destaca que hubo menores en los actos. El monto de preguntas supone que ha registrado casi una iniciativa por cada homenaje. Son preguntas para su respuesta por escrito y no en pleno.
El debate de los recibimientos se reactivó en verano tras la celebración de dos actos en Hernani y Oñati con bengalas y pasillos humanos, que por esa ostentación pública iban más allá de meros actos familiares en un ámbito privado. La controversia comenzó con los actos por José Javier Zabaleta, Baldo, y Xabier Ugarte, condenado por el secuestro de José Antonio Ortega Lara. El Gobierno vasco pidió el cese inmediato de estos actos por una cuestión ética, más allá del dudoso debate jurídico. La Ertzaintza no vio delito, los participantes en esos actos no pronuncian palabras de enaltecimiento de ETA, y los jueces han archivado casos similares. La propuesta del PP pide al Parlamento que inste al Gobierno a tomar medidas para “impedir” este tipo de actos, que a su juicio “infringe la legislación que protege a las víctimas del terrorismo contra actos de descrédito, menosprecio y humillación.” - M. Vázquez