altsasu - En un ambiente festivo y reivindicativo, sin incidencias y gran despliegue mediático, ayer se celebró en Altsasu el Ospa! Eguna, una cita que viene sucediéndose desde 2010, a excepción de 2017. El lema de este año era Milaka arrazoi maletan “porque tenemos miles de razones para que cojan las maletas y se vayan de una vez”, señalaron desde Ospa! Mugimendua. Los actos organizados comenzaron al mediodía con un cross popular y prosiguió con una comida que reunió a 220 comensales. Por la tarde hubo una kalejira en la que participaron cerca de 2.000 personas, según la organización, con 14 paradas “Son representaciones de la represión que ha sufrido el pueblo. Es nuestra aportación para profundizar en la memoria histórica, para conocer la trayectoria que ha tenido la represión en nuestro pueblo”, indicaron. “Queremos poner encima de la mesa las miles de razones que tenemos para decir que no queremos a las fuerzas represivas. Para gritar a los cuatro vientos esa verdad silenciada y negada”, incidieron.
La kalejira arrancó junto al pub Zelaia, propiedad de Enrike Zelaia, donde se escuchó su testimonio. El akordeolari contaba que fue “agredido y amenazado” por varios guardias civiles de paisano el 21 de noviembre de 1989, la noche después de que se celebrara en Altsasu una movilización por el asesinato de Iosu Muguruza. Tras su relato entregó la primera de 14 maletas de Maleten bira. “Refleja el mapa histórico de la represión en Altsasu, el dolor de las hendiduras que han ido dejando durante décadas las fuerzas represivas”, señalaron desde Ospa Mugimendua. “Todo para contar que nada dio comienzo en una pelea de bar en 2016. Mucho que contar y recoger las maletas. ¡Miles de razones para echarlos!”, incidieron.
La siguiente parada fue en la plaza, en la que se recordó el acto que organizó la plataforma naranja España Ciudadana que también contó con la presencia de cargos del PP y Vox. La tercera fue frente a la casa de Galder González, detenido en el año 2000, y la cuarta junto al gaztetxe. “Desde su ocupación en 1990 ha sufrido intentos de desalojo, registros, intentos de quemar el local mediante el lanzamiento de efectos incendiarios por parte de incontrolado, la mayoría de ellos protagonizados por la Guardia Civil y Policía Foral”, se decía en el díptico que se repartió con el mapa de Maleten bira, que también incluía explicaciones de las diferentes paradas. La quinta fue junto a la antigua librería Imaz, dónde se recordó el explosivo que se colocó bajo el coche de Iosu Imaz y el tiro a Manoli Hartza, del restaurante Hartza.
De allí se fue a Iortia, el escenario de muchas de las movilizaciones por el Caso Altsasu, dónde se denunció “el montaje policial, mediático y jucial que mantiene en prisión a siete jóvenes altsasuarras. Un montaje con objetivos claros: paralizar y golpear políticamente a un pueblo con una importante trayectoria en la lucha antirrepresiva”.
El recorrido se prolongó hora y media. Otros altos en el camino fueron delante de la casa de la familia Nuñez-Lezea, en cuya puerta colocaron explosivos en 1978 por poner una ikurriña, y en la esquina del antiguo bar Txoko, donde en 1934, en el contexto de la revolución de Asturias, la Guardia Civil cargó y murió Emilio Iguzkiza.
sin incidentes Si bien algunos preveían fuerte presencia policial, como ha sucedido en otras ocasiones, no fue así. Y es que titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ordenó el día anterior remitir oficio al departamento de Interior del Gobierno de Navarra y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que controlasen el Ospa! Eguna, “a fin de evitar que puedan producirse delitos de enaltecimiento, humillación de las víctimas u otros” y que de ser así, se identificara a los autores y se ponga en conocimiento del juzgado.