Madrid - La presión parece que empieza a hacer mella sobre Pablo Iglesias de cara a la negociación de un acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. El secretario general de Podemos acepta ahora la propuesta que le planteó en julio el líder del PSOE y que entonces rechazó y calificó de humillante. La aceptaría con algún cambio que le permitiría justificar su rechazo entonces y no pasar ante la opinión pública como el culpable de aquella investidura fallida. La última oferta del PSOE en julio fue la vicepresidencia más los ministerios de Vivienda, Sanidad e Igualdad. Iglesias pidió entonces la vicepresidencia social más Sanidad, Trabajo y Ciencia y Universidades.
Iglesias aseguró ayer que si el PSOE vuelve a ofrecer ahora a Unidas Podemos entrar en el Gobierno con una vicepresidencia social y los tres ministerios propuestos por los socialistas y le añade las políticas activas de empleo, su formación aceptará y “en cuestión de horas” habrá Ejecutivo. Aunque el dirigente insistió en que aquella propuesta era “injusta” porque no se adecua a la representación electoral obtenida por su formación, la defendió porque se basaba en controlar las políticas activas de empleo.
En una entrevista en la Cadena Ser, el líder de Unidas Podemos explicó que mantienen así la misma posición de julio cuando en el Pleno de investidura de Sánchez reclamó casi en el último minuto y desde la tribuna de oradores que se sumara a esos ministerios las competencias estatales en políticas activas de empleo.
La vuelta a la vía de julio con el matiz de las políticas activas de empleo pone de manifiesto las tensiones internas en Unidas Podemos. Algunos miembros de la bancada morada consideran que se puede volver a dejar pasar una oportunidad para influir en el Gobierno aunque sea desde fuera y temen que unas nuevas elecciones les debiliten en el Congreso. Esta semana el líder de Podemos en la CAV, Lander Martínez, aseguró estar abierto a “otras opciones” distintas a la coalición bicolor si finalmente esta no es posible y se quiere evitar una repetición electoral. IU y la confluencia catalana de Podemos también han expresado internamente su discrepancia con la estrategia de Iglesias, aunque de momento prefieren mantener la unidad de acción.
La vuelta a la vía de julio fue aprovechada por el PSOE y el Gobierno español en funciones para volver a culpar a Podemos del fracaso de la primera intentona de investidura y del bloqueo actual en la negociación, a la que le quedan poco más de tres semanas para que termine en fumata si se quiere evitar la repetición de las elecciones el 10 de noviembre. “No acabo de entenderlo, [Iglesias] decía que lo que se ofreció en julio era humillante, irrespetuoso y nada serio y ahora resulta que está bien, me deja perplejo”, subrayó el ministro en funciones de Fomento, José Luis Ábalos, en una entrevista en La Sexta.
las “excusas” de sánchez Tras considerar que la última oferta de Podemos no es seria, el número tres del PSOE y miembro del núcleo dura de Sánchez reconoció que no sabe qué ha cambiado en estos dos meses para que Unidas Podemos acepte ahora una oferta que ya está retirada por parte del PSOE y que fue recibida como “decorativa y sin competencias” en julio. A su juicio, este tipo de planteamientos aumentan la desconfianza que genera la formación de Iglesias de cara a seguir negociando. Además, advirtió que cada uno “tiene que valorar” la oportunidad que se le da “en cada momento porque no es cuestión de intentarlo todos los días” ni de procurar un “espectáculo” a la ciudadanía.
Por su parte Iglesias replicó advirtiendo a Sánchez que “si el Partido Socialista quiere elecciones las va a haber” y le conminó a que diga “a las claras” que quiere una repetición electoral. “Si no las quiere, que negocie”, remató. “Quien decide que vayamos a elecciones es el PSOE, tienen la llave”, reiteró para luego subrayar que ese escenario sería una equivocación porque abriría la puerta del Gobierno a la derecha. A su juicio, el candidato socialista va “de excusa en excusa” para evitar sentarse con los morados en una mesa de negociación.