Gasteiz - El Gobierno Vasco prepara el terreno para la inminente negociación de los Presupuestos del año que viene y, en ese contexto, ayer el portavoz del Ejecutivo de Iñigo Urkullu quiso dejar las puertas abiertas a todo el arco parlamentario. Josu Erkoreka se mostró dispuesto a aceptar “las cesiones y modulaciones que sean necesarias”, siempre que no supongan sobrepasar la capacidad económica o política de Lakua, que el consejero definió como un “marco general insoslayable”.
El Ejecutivo cuenta a su favor con que la legislatura está ya prácticamente agotada, con unas encuestas muy favorables, un previsible nivel de ingresos que permitiría afrontar con soltura otra prórroga y una predisposición de entrada en el Parlamento Vasco, quizá por todo lo anteriormente mencionado, relativamente halagüeña. Con esos mimbres, Erkoreka apostó por emprender “una negociación sincera, leal y honesta en esta ocasión” (en referencia a los frustrados contactos con EH Bildu del año pasado), para contar con “unas Cuentas públicas actualizadas y acordes con la evolución de la situación económica”, informa Europa Press. Está “convencido”, aseguró, de que este año sí habrá Cuentas porque el Ejecutivo de Gasteiz cumplirá con “su primera obligación y compromiso”, que “pasa por negociar hasta el último momento”.
El gabinete Urkullu quiere mantener abiertas todas las posibilidades y por ello Erkoreka dijo ayer que el borrador en el que ahora se trabaja se contrastará con todos los grupos “sin marginar a ninguno de ellos, en absoluto”, habida cuenta además de que ningún partido “se autoexcluyó ni rechazó de antemano” los planteamientos del Gobierno Vasco cuando el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, les presentó las líneas generales sobre las que se quiere trabajar. “En general hubo una sintonía de fondo, aceptando que el diagnóstico macroeconómico que hacía el Gobierno Vasco está básicamente bien planteado y centrado”, señaló el portavoz de un Ejecutivo dispuesto a negociar “hasta el último suspiro” para cerrar la legislatura con un Presupuesto actualizado.
En relación al PP, que exige una rebaja impositiva, Erkoreka se ciñó a la réplica ya expuesta en su día. Los tributos no son competencia del Gobierno y además está acordado que no se toquen hasta que no se evalúe la reforma fiscal precedente, de la que salió el apoyo presupuestario popular a Urkullu principios de la legislatura. “El presupuesto del Gobierno Vasco no va a contemplar tipos impositivos, ni va a elevar ni a bajar ninguno de los tipos impositivos centrales que conforman nuestro sistema tributario”, advirtió.
Con respecto a EH Bildu, el portavoz del Ejecutivo vasco admitió la desconfianza que existe hacia la formación soberanista tras el agotador proceso de negociación de 2018, abortado a última hora y que dejó muy mal sabor de boca en Lakua. “En ningún momento existió una voluntad real de alcanzar un acuerdo, ganó el tiempo mareando la perdiz, no se implicó porque no era su voluntad implicarse y alcanzar un acuerdo real”, censuró.
Sin embargo, en esta ocasión no tiene por qué repetirse ese esquema. “Veremos si este año se repite o no esa actitud, o nos encontramos con una disposición más abierta, más flexible, más dispuesta a hacer el esfuerzo de cesiones y de modulaciones que entraña toda negociación”, aseveró Erkoreka.
No habló de Elkarrekin Podemos, la formación que mejor predisposición demostró hacia las propuestas de Azpiazu, pero Erkoreka insistió en que “todas las posibilidades están abiertas, todas las opciones continúan ahí”, y si ninguna fructifica, advirtió, el Gobierno no tiene miedo a una segunda prórroga. “Nunca una prórroga presupuestaria es necesariamente un drama irreversible”, dijo, pues como el año pasado, si es “ajustada, con leyes que propicien ese ajuste, permite gestionar las cuentas de manera razonable” y no supone “una parálisis gubernamental, ni mucho menos”.