Pamplona - María Chivite ya conoce el lugar desde donde gobernará Nafarroa la próxima legislatura. La presidenta electa, que tomará posesión hoy a las 11.30 horas en el Parlamento foral, asistió ayer junto con la presidenta saliente, Uxue Barkos, a un acto protocolario de traspaso de poderes entre ambos ejecutivos, que destacó por su “absoluta normalidad”, buena disposición y sintonía entre ambas líderes. Las dos han colaborado durante estos últimos meses para sacar adelante un programa de Gobierno plural y progresista con Podemos e I-E. Además, también fue el primer traspaso de poderes marcado por la Ley de Presidencia, retocada en la legislatura del cambio, en el que la jefa del Ejecutivo saliente detalló los asuntos más importantes y urgentes que hereda el equipo de Chivite.

Fue un acto sencillo que sirvió como primera toma de contacto para el próximo Gobierno de coalición. Consistió en una reunión de casi una hora en la que Barkos dio cuenta del estado general de la administración -la ley es especialmente sensible con la importancia de notificar a los nuevos gestores el estado de los convenios, contratos, presupuestos y obligaciones económicas que no saben de transiciones o cambios de equipos-, y en una posterior comparecencia pública de ambas, un canutazo sencillo con atriles en una de las salas anexas al despacho presidencial.

La primera en tomar la palabra fue Barkos, que destacó el tono cordial y la normalidad del encuentro. Durante los dos meses que han durado las negociaciones, la presidenta saliente y la líder de los socialistas navarros han ganado confianza mutua, y Barkos aseguró ayer la “colaboración plena” de su equipo de gobierno en todo lo que sea posible. “El tono ha sido cordial en la forma y también en lo referido a los contenidos”, aclaró Barkos, que consideró que la colaboración es plena en la medida en la que también existe una “sustancia de relación en los contenidos que mantenemos los grupos parlamentarios [en referencia a PSN y Geroa Bai] y en los que mantiene el anterior Ejecutivo con el que asume la responsabilidad”.

Quizá por eso Chivite, que intervino después, aprovechó sus primeras palabras para agradecer “tanto la forma como el fondo” del acto, y recogió el guante tendido por Barkos al asegurar que “la hasta ahora presidenta ha demostrado siempre esa actitud facilitadora en el cambio de un Gobierno a otro”.

“Las formas han sido buenas desde el primer momento y se ha mostrado colaboradora desde el minuto uno”, resaltó la inminente presidenta, quien también valoró el “fondo de un trabajo de traspaso de poderes bien hecho”, ya que Barkos le ha trasladado un documento con “todas las cosas más relevantes”. En este sentido, Chivite comentó que le gusta “tener las cosas atadas y bien atadas” y avanzó, con total confianza, que “tirará de teléfono muchas veces” para preguntar “algunas dudas que pudiéramos tener de manera institucional”.

Las dudas, seguro, empezarán a surgir a partir de hoy mismo, cuando Chivite tome posesión oficialmente. Pero, sobre todo, a partir de mañana, cuando lo hagan los trece consejeros. Serán ellos los que constaten qué materias concretas son las prioritarias. La idea es que el Gobierno de Chivite aterrice durante este mes, para que en septiembre se pueda retomar la actividad con todo zanjado. “Ahora toca organizar los departamentos, realizar los nombramientos, formar los equipos y ver cómo se cumple el acuerdo de programa”, avanzó Chivite.

“El mes de agosto va a ser más de trabajo y preparación interna para luego empezar en septiembre el curso parlamentario con las comparecencias de los consejeros diciendo qué es lo que vamos a hacer a lo largo de la legislatura”, concluyó.

Oposición frontal Por otro lado, y en una entrevista radiofónica antes del acto de traspaso de poderes, Uxue Barkos auguró por parte de Navarra Suma una campaña inicial de oposición tan “dura” como la de hace cuatro años, pero le otorgó “fecha de caducidad”, por la “incapacidad” de esta coalición y de su componente más importante, UPN, “para hablar con el grueso de las fuerzas parlamentarias”. Un anacronismo, a juicio de la líder de Geroa Bai. En RNE, Barkos vaticinó que a lo largo de la legislatura el nuevo Gobierno de Chivite apostará por la geometría variable en su dinámica de negociaciones, según los contenidos abordados y “siempre dentro del acuerdo programático”.