gasteiz - Tras dos meses de negociaciones en las que la cuerda se estiró hasta hacer peligrar el gobierno de la derecha en la Comunidad de Madrid, ayer Vox presentó un documento del que desaparecen sus propuestas más radicales y que obtuvo el visto bueno de la candidata a presidenta, la popular Isabel Díaz Ayuso; y el del portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado. Rocío Monasterio, cabeza visible del partido de extrema derecha, daba a conocer un texto en el que ya no se exige la derogación de algunos artículos de las leyes LGTBI de la comunidad o la reducción de consejerías en el gobierno madrileño. Con este acuerdo, la alianza se consolida tras los pactos en Andalucía y Murcia, mientras la relación es cada vez más tensa entre PSOE y Podemos.

Estas cesiones han desatascado las negociaciones y ahora Díaz Ayuso solo espera, después de “dos meses esperando”, que el pleno de investidura se produzca “cuanto antes”. “Hemos dado un ejemplo de entendimiento”, sentenciaba. Según dijo, el documento de Vox es “asumible” no solo por los tres partidos, sino “por cualquier ciudadano”, dado que no incluye cuestiones “excesivas”, y no considera que vaya a “derechizar ni radicalizar nada”.

Desde C’s, partido más reacio a ver su nombre vinculado al de Vox por la crítica interna al respecto y por el recelo que despierta esta formación en el liberalismo europeo, también se daba el aval -oral, no escrito- al acuerdo. Ignacio Aguado afirmó que se “está más cerca” de convocar una sesión de investidura para poner en marcha un gobierno “histórico” en la Comunidad de Madrid e indicó que las exigencias de Vox “no son incompatibles” con el acuerdo de gobierno con el PP y las 155 medidas de reforma suscritas entre C’s y los populares.

Monasterio, por su, parte, aseguraba que su propuesta “no es algo que impongamos de forma unilateral” y que la fórmula del pacto oral ya ha funcionado en Murcia y también puede hacerlo en Madrid. El acuerdo no fue bien acogido por los sectores sociales más ultras, como la plataforma Hazte Oír, cuyo presidente, Ignacio Arsuaga, afirmó que Vox “se ha vendido muy barato” y que debería haber sido “más valiente”. Por su parte, el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, tildaba de “inquietante” el documento, y el líder de Más Madrid, Íñigo Errejón, acusaba a C’s de aceptar “los chantajes de la extrema derecha” para permitir que gobierne “el PP de la corrupción”. Además, la portavoz adjunta de Unidas Podemos-IU-Madrid en Pie, Sol Sánchez, auguraba un gobierno regional de “extrema derecha”.

los contenidos del texto La propuesta de Vox es similar al “programa único” presentado hace más de un mes, pero renuncia al cierre de entidades públicas “de carácter ideológico”, a la aprobación del Pin Parental para evitar el “adoctrinamiento en ideología de género” y a la supresión de “ayudas a los inmigrantes ilegales y a aquellas asociaciones que promuevan la inmigración ilegal”. El documento recupera viejas pretensiones como auditar subvenciones o que la consejería de Asuntos Sociales y Familia sea también de Natalidad, y plantea otras nuevas como la exigencia de que se “revise y modernice la política de creación de centros” de acogida de menores extranjeros no acompañados (menas) y se asegure “que ningún extranjero ingresa en un centro de menores sin que haya sido determinada de forma fehaciente su edad”.