madrid - Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han conseguido que se destruya la poca confianza mutua que podían albergar tras una negociación para la investidura que no ha sido discreta y que se ha abierto en canal con acusaciones televisadas. El presidente español en funciones y candidato a la reelección dio ayer por rota la negociación con Unidas Podemos, y dejó ver que no realizará más ofertas a Iglesias después de que su socio haya convocado una consulta a la militancia y haya despachado como una “idiotez” su oferta de dar entrada a ministros de Unidas Podemos con carné de partido, pero con perfil muy técnico. Sánchez, que ha vivido estos últimos movimientos como un desplante que le da la percha para cargar las culpas en Unidas Podemos, dio a entender que ha cambiado de escenario y se lanzó a por la abstención del PP con el señuelo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución española en Catalunya.

No pidió de manera directa al PP que lo asista en ese cometido, pero dijo que quiere su abstención para no depender de los soberanistas catalanes ni tener ministros de Unidas Podemos, porque el president catalán, Quim Torra, ha amagado con retomar la vía unilateral hacia la independencia, y podría tener que aplicar otra vez el artículo 155 para suspender el autogobierno catalán, según dijo. “No quiero aplicarlo, pero mi deber es contemplarlo”, dejó caer en la Cadena Ser. Este posicionamiento es más una justificación para no contar con Podemos y los independentistas que un emplazamiento al PP para aplicarlo, pero llega después de que La Razón publicara unas filtraciones socialistas que inquietaron a muchos. Esas filtraciones daban por hecha la abstención del PP en septiembre, porque en ese momento llegarán las condenas por el referéndum de independencia, el Parlament podría subir la temperatura con una declaración rupturista, y sería necesario articular lo que el PSOE entiende como una respuesta de Estado.

Este asunto no pasa de ser un globo sonda más dentro de una muy confusa negociación marcada por la presión al rival político, y la construcción de un relato para no aparecer como el responsable de repetir las elecciones el 10 de noviembre. De confirmarse esa apuesta política, el escenario cambiaría completamente para los soberanistas catalanes y, por extensión, también para los vascos, porque podría plantearse un horizonte de recentralización. Queda una semana para que el día 23 se celebre la primera votación de la investidura, donde Sánchez no tendrá mayoría absoluta. En dos días, le bastaría con tener más votos a favor que en contra. Todo apunta a una investidura fallida con segunda parte en septiembre. Sánchez está tocando todas las puertas con mensajes a diestra y siniestra, de ahí que haya intentado el pacto con Podemos, y también guiñe al PP. Pero, al mismo tiempo, hoy el PSOE se citará con ERC. Solo una rectificación de Sánchez e Iglesias podría evitar la repetición de las elecciones o un pacto alternativo que parece difícil porque el PP no quiere facilitar la investidura. Teodoro García Egea respondió a Sánchez que no quiere facilitar su proclamación “por activa o por pasiva”, aunque sí ofrece pactos para la gobernabilidad. Podemos, por su parte, trató de rebajar el tono asegurando que en quince minutos se puede retomar la negociación, pero insiste en un gobierno de coalición.

Sánchez, por su parte, arrancó la mañana con un golpe de efecto al anunciar que da por rota la negociación. “Soy adulto. Sé entender los mensajes. No hace falta que me lo digan dos veces. Pablo Iglesias calificó de idiotez mi propuesta, y ese día decayeron todas las propuestas del PSOE”, zanjó. Sánchez añadió que ya no está en el “escenario” de ver qué vota Unidas Podemos, sino que corresponde a Iglesias justificar por qué va a oponerse a su investidura junto con “la ultraderecha de Vox”. A su juicio, lo que hace Iglesias con la consulta es lo mismo que en 2016: “Justificar su rechazo a la investidura”. La consulta en sí misma no ha sido lo que ha molestado a Sánchez, sino que se haya adelantado cuando ni siquiera habían apurado el plazo para llegar a un acuerdo. “Hay que hacer una consulta si se llega a un acuerdo, no de manera torticera para presionar”, dijo. Aseguró que es una “mascarada” con una pregunta “trucada”, en un tono muy duro que deja ver que no se sacará conejos de la chistera para seducir a Podemos a última hora. La confianza está rota y quiere proyectar que Iglesias tendría la culpa de ir a elecciones.

podemos y el pp Sánchez trató de provocar una situación de vértigo en Podemos al asegurar que su candidatura “decae” en julio porque solo ha sido designado por el rey para abordar esta investidura de julio. El plazo para votar en la consulta de Podemos acaba pasado mañana a las 11.00. Aunque quedaría una semana de plazo para reconducir la investidura hasta la votación por mayoría simple en el Congreso, el clima que no es el más propicio. Podemos trató de rebajar el tono por boca de Pablo Echenique y, aunque las formas cambiaron, no alteró el fondo de su propuesta, que sigue siendo un gobierno de coalición, quizás con Iglesias o Irene Montero. Echenique pidió recuperar el “talante negociador” y se mostró convencido de que habrá acuerdo.

Desde el PP, García Egea dijo que no van a “regalar la investidura” a Sánchez, y que han propuesto pactos de Estado sobre pensiones, Catalunya o un contenido mínimo en los Presupuestos, pero no hubo respuesta.