barcelona - Pedro Sánchez no quiso meterse ayer en un jardín en su visita a Catalunya con motivo de la clausura de la 35ª reunión del Círculo de Economía y, por ello, no aludió de manera expresa al procés soberanista, pero sí dejó caer una frase que fue interpretada por todos como un recado para los independentistas de ERC y JxCat: “No podemos seguir en una rotonda interminable en la que damos vueltas sin dar solución a los problemas”.

El presidente en funciones rompió con el soberanismo catalán antes de las elecciones, en un clima de presión de la derecha española y mientras el soberanismo catalán exigía plasmar por escrito el referéndum de independencia en el orden del día de los contactos. La negociación presupuestaria fracasó por ello, y Sánchez decretó el adelanto electoral. Ahora sigue rechazando los votos del soberanismo catalán para la investidura, y se niega a que ERC ocupe la alcaldía de Barcelona. Pero, al mismo tiempo, no quiere proyectar la idea de que deja de contribuir a la concordia en Catalunya, esgrime el autogobierno y quiere que el PSC tenga un papel central llevándolo a la presidencia de las mesas del Congreso y el Senado.

Sin embargo, en ese contexto, lo máximo que salió por boca de Sánchez ayer en Sitges fue la apuesta por dejar la “rotonda”, aunque ya es conocido que quiere llevar al soberanismo catalán al terreno de la reforma estatutaria y constitucional, y que el debate salga de la órbita del derecho a decidir. No obstante, ayer no realizó ningún ofrecimiento claro en ese sentido aunque el Círculo de Economía si realizó alusiones a la necesidad de buscar soluciones políticas y revisar el modelo territorial. En el marco de la apuesta por presentarse como garante del autogobierno frente al soberanismo y la derecha recentralizadora, Sánchez volvió a decir que “España es un país que ha entendido que lo que no se puede hacer es levantar falsos muros o fronteras en un mundo cada vez más globalizado”. Según dijo, “España es una democracia consolidada con un poderoso y ejemplar Estado social y democrático de derecho que ha sabido descentralizarse” y compartir soberanía. A su juicio, “la única forma de garantizar el progreso y la prosperidad” es compartir soberanía hacia las autonomías y municipios, y hacia la Unión Europea. “Unidos en nuestra diversidad, sin duda alguna, somos más fuertes”, resumió.

Sánchez se abstrajo todo lo que pudo del discurso de otros oradores. Por ejemplo, el presidente del Círculo de Economía, Juan José Brugera, aludió a la “voluntad y la necesidad de apostar por el encuentro y la convivencia”, mientras Fomento del Trabajo, liderada por Josep Sánchez Llibre, ha pedido estos días a la Generalitat recuperar las empresas que en su momento dejaron Catalunya en los momentos críticos del referéndum, una controversia sobre la que tampoco se pronunció el socialista. También tomó la palabra el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, con su apuesta por retomar los compromisos de Pedralbes. Pedro Sánchez pidió pasar página y dejar la rotonda, y recordó la labor de los políticos de la transición, que consiguieron un acuerdo que tuvo “mucho mérito”, en referencia a la Constitución española de 1978, aunque consideró que no es el “techo”.

la empresa pide diálogo Brugera, por su parte, pidió a Sánchez una “cultura de la negociación y el pacto” para encontrar una solución política. Se refirió al “callejón sin salida” pero no quiso ser fatalista y consideró que hay “vías de salida”. Tras avisar de que “estamos ante un problema político” y se debe repensar el modelo territorial, añadió que “antes o después unos y otros deberán avanzar por la vía del diálogo, la transacción y el acuerdo”. El presidente de la inmobiliaria Colonial añadió que “debemos hacer nuestra la cultura del pacto” y que la fragmentación, que “ha enterrado el bipartidismo imperfecto”, no puede constituir “un obstáculo insalvable” para la acción de Gobierno. - M. V.