jaén - Pedro Sánchez se ha encontrado con un regalo en el tramo final de la campaña electoral. La inesperada bronca entre PP y Ciudadanos en los dos debates televisivos y la posterior fuga y robo de candidatos entre ambas formaciones le ha abierto un buen espacio hacia el centro mientras populares y naranjas se echan los trastos a la cabeza. El presidente del Gobierno español no ha dudado en sacar partido a ese flanco que se le ha abierto y lo adereza con un mensaje que agita la guerra entre los partidos de la derecha. “Si no son capaces de gobernarse entre ellos, difícilmente pueden aspirar a gobernar España. Si no son capaces de fiarse entre ellos mismos, ¿cómo los españoles van a fiarse de estas dos derechas?”, advirtió el candidato a la reelección por el PSOE.
La tormenta desatada entre Ciudadanos y PP tras la marcha del expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido a las filas de la formación de Albert Rivera y el fichaje por parte de los populares del padre del opositor venezolano Leopoldo López, al que quería incorporar Ciudadanos, allana el camino de Sánchez en el tramo final de la campaña y le permite asentar su imagen presidencial y moderada. Al mismo tiempo, la pelea entre las derechas ensancha hacia el centro el espacio político en el que puede predicar, mientras Casado y, sobre todo, Rivera dirimen a puñaladas sus rencillas buscando presentarse como la alternativa a la derecha a Sánchez.
El candidato socialista remarcó ayer que la derecha en España está “fragmentada”, “desconcertada” y sin proyecto. Denunció que PP y Ciudadanos han abrazado a la ultraderecha” de Vox. “Me da pena, que más allá de PP y Ciudadanos, la ultraderecha está condicionando y mucho su discurso. Está crispando y radicalizando sus posiciones”, señaló el presidente del Gobierno.
En este punto, admitió que tiene más afinidad en cuestiones sociales con Unidas Podemos, pero recalcó que hay que alcanzar consensos en materia demográfica o de cambio climático que traspasen las fronteras ideológicas. Preguntado por la posibilidad de incluir a Podemos en un Gobierno de coalición, Sánchez reiteró que antes de hablar de formación de gobierno se tiene que ver el resultado de las elecciones. En todo caso, defendió su idea de hacer un gobierno monocolor. “Mi plan es gobernar con socialistas e independientes de reconocido prestigio y progresistas”, señaló.