Se ha abierto el tiempo electoral y, como en el juego de la oca, voto porque me toca el 28 de abril y también el 26 de mayo. Y lo haremos en un contexto en el que el miedo se ha convertido en la manera de arañar votos para PSOE, PP, Cs y Podemos.
Las estrategias de las fuerzas políticas españolas se parecen mucho. Nos amenazan con el lobo, desde un lado y desde el otro, polarizando la campaña de manera interesada pues se juegan estar o no en el Gobierno central. El voto del miedo, el voto del menos malo, articula incluso el mensaje de Pedro Sánchez que ya preparaba esta jugada con la moción de censura y situarse así en mejor posición que la debilidad de sus 84 entre 350 diputados y diputadas.
Esos partidos tienen todo que ganar y el resto mucho que perder, como siempre. El 28 de abril es importante ir a votar, pero votar bien. Debemos tener claro que esta pugna electoral es para España, pero nos afecta, dados los cambios sustanciales que se intuyen para la próxima legislatura.
Es un riesgo real esa posible pérdida de votos en favor del bloque español menos malo y, aunque es una opción legítima democrática, no es inteligente ni positiva a la hora de ver resueltos los intereses de la sociedad vasca. Cuestiones como los derechos nacionales del pueblo vasco, el autogobierno, la lengua, el desarrollo económico y las grandes infraestructuras, entre otros, hacen necesario una presencia vasca fuerte en Madrid que logre negociar la agenda vasca. Sin despistes.
El PSOE que, por lo visto por decreto divino, cuenta con el apoyo del resto frente a la triada de la ultra derechona ya ha dejado claro que nada de nada de derechos nacionales; Podemos lo mismo (parece que perderán aquellos votos que les llegaron del espacio de quienes hasta hace poco se autodenominaban izquierda abertzale) y del PP y Cs, mejor ni hablar. O cantar: ni la Legión, con cabra y pantalones y camisas prietas hasta explotar, quieren que vayan a esa peculiar -o estrambótica- procesión en la que cantar soy novio de la muerte es lo más normal, mientras portan a un pobre Jesús en la cruz. ¡Qué paciencia el de Nazaret!
Cuidado con las encuestas que no son ciertas hasta que votamos. Cuidado con lo de votar al menos malo . Votar vasco para defender lo nuestro aprovechando las circunstancias que se puedan dar en Madrid.