el escenario político estatal no se parece en nada al de hace diez años, y ni siquiera al de hace cinco. Podemos nació a principios de la década como respuesta a la crisis económica y Ciudadanos como réplica a Podemos. Luego llegó la implosión del PP como consecuencia de la sentencia de la trama Gürtel y de forma paralela se produjo un crecimiento del hasta entonces irrelevante Vox, que le llevó, con gran sorpresa para propios y extraños, a las instituciones andaluzas. Todo lo ocurrido a lo largo de la última década tiene como consecuencia una oferta política más amplia que nunca para el ciudadano de cara a las inminentes elecciones generales, con tres opciones a la derecha y dos a la izquierda, más las variadas ofertas que presentan los diferentes nacionalismos, más o menos moderados, más o menos escorados a derecha o izquierda.
Sin embargo, esta atomización de la representación política viene acompañada, de forma paradójica, por una polarización ideológica mayor que cuando PP y PSOE eran hegemónicos. El terreno de juego es mucho más parecido hoy que hace diez años al de la Transición, con muchos partidos y una mayor rivalidad ideológica en general, pero la diferencia es que en lugar de tender a buscar puentes y acuerdos, las fuerzas políticas se repelen sin pudor y estimulan en la calle un clima de bronca habitual desde hace años en el Congreso de los Diputados.
La mencionada polarización se ha ido intensificando de tal manera a lo largo de los años que su primera y principal consecuencia es la ingobernabilidad. Las encuestas son incapaces de mostrar una tendencia clara, al margen del triunfo del PSOE en las elecciones que todo el mundo da por supuesto, y su única conclusión es que será difícil que cualquiera de los dos bloques sume los 176 escaños necesarios para gobernar.
Al margen de lo que finalmente digan las urnas el 28 de abril, los socialistas han pasado de estar acorralados en el Congreso por la falta de apoyo de los nacionalistas catalanes y la presión de las derechas a navegar con el viento a favor, aprovechando tanto el altavoz que dan La Moncloa y el BOE como las torpezas de sus rivales a izquierda y derecha. Con Podemos consumido por luchas intestinas, y fugas tanto dentro del partido que como en la coalición que les hizo entrar triunfantes al Congreso hace tres años, Sánchez se erige como el enemigo a batir por PP, Ciudadanos y Vox.
incertidumbre en Ciudadanos Por su parte, Ciudadanos transita por un terreno de incertidumbre desde que Vox presentó una alternativa de ultraderecha, robándole a Albert Rivera la bandera del patriotismo que había enarbolado para consumar el sorpasso al PP y que le hizo abandonar el discurso liberal y europeísta para centrarse en el antinacionalismo y la defensa de España. Vox ha descolocado a Ciudadanos, que además se ha autocensurado comprometiéndose a no pactar con el PSOE, que es la única fórmula de colaboración que podría despejar con claridad antes de los comicios el camino de la mayoría absoluta en el Congreso para Pedro Sánchez. De hecho, pesos pesados del PSOE como su secretario de Organización, José Luis Ábalos, han defendido esta opción para no depender del incierto apoyo catalán.
El autodescarte de Ciudadanos tiene sus riesgos porque el sorpasso al PP parece quedar lejano, según señala el investigador principal de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, a Efe, lo que deja a la formación de Rivera en el único papel de eventual soporte de los socialistas o del PP. El cordón sanitario a Sánchez le deja como única opción a Rivera la de apoyar una eventual investidura de Pablo Casado. En todo caso, pese a que Ciudadanos parece a día de hoy un partido a la baja, se prevé que saque en torno a 50 diputados, lo que supondría doblar su representación actual.
Por otro lado, aunque evite el vuelco, el PP se enfrenta a uno de los mayores retos de su historia, con una formación renovada por completo, escorada muy a la derecha y a la que las encuestas vaticinan un descalabro que podría poner en tela de juicio el liderazgo de su joven presidente, que hace oídos sordos a la voces de su partido, cercanas a Soraya Sáenz de Santamaría, que le recomiendan centrarse.
Isabel Celaá. La actual portavoz del Gobierno y ministra de Educación se presenta como cabeza de lista por Araba de un partido al que los nueve meses en el Gobierno le han dado visibilidad y capacidad de maniobra, lo que convierte a los de Pedro Sánchez en favoritos para ganar las elecciones.
Javier Maroto. El exalcalde de Gasteiz fue uno de los principales valedores de Pablo Casado en las primarias del PP y ahora es uno de los pesos pesados de Génova. Cabeza de lista por Araba, como en 2016, y responsable de la campaña popular, Maroto confía en reeditar el escaño que sin embargo el último CIS le hurta.
Luis Gordillo. El profesor de de Deusto Luis Gordillo sustituyó a Nicolás de Miguel como portavoz del comité autonómico de Ciudadanos en la CAV, y ahora es el cabeza de lista por Bizkaia para las elecciones generales de la formación naranja, que pugna por conseguir representación en su plaza más complicada, Euskadi.
Juan López de Uralde. El exdirector en España de Greenpeace fue el candidato por Araba más votado en las anteriores generales, y ahora buscar reeditar el triunfo en el territorio bajo la marca Unidas Podemos-Equo, formación de la que es coportavoz, y que decidió repetir confluencia con Podemos e IU.
Nerea Alzola. Exparlamentaria vasca del Partido Popular, institución en la que fue compañera de bancada del fundador de Vox, Santiago Abascal, Nerea Alzola será la cabeza de lista por Bizkaia de la formación de ultraderecha, una de las incógnitas de las elecciones generales del próximo 28 de abril.
Joseba Agirretxea. El político jeltzale repite como cabeza de lista del Partido Nacionalista Vasco por Gipuzkoa, al igual que sus compañeros Mikel Legarda en Araba y Aitor Esteban en Bizkaia. Los nacionalistas emprenden la campaña bajo el lema Nos mueve Euskadi. Zurea, gurea (lo tuyo, lo nuestro).
Mertxe Aizpurua. Euskal Herria Bildu ha renovado sus candidaturas al Congreso de los Diputados y en esta ocasión se presentará por Gipuzkoa Mertxe Aizpurua, mientras que en Araba el cabeza de lista será Iñaki Ruiz de Pinedo. Sí repite, como número uno por Bizkaia, Oskar Matute.