BILBAO - Oier Gómez, que cumplía una condena de 15 años en Francia y tenía pendientes de ejecución tres euroórdenes del Estado español y Portugal y que fue excarcelado en 2017 por la justicia gala debido a su estado de salud, falleció ayer, a los 35 años de edad, en un hospital de Baiona debido a un cáncer terminal. Gómez fue detenido en 2011 en el centro de Francia acusado de disparar contra un gendarme tras escapar de un control policial. En abril de 2017 el Tribunal de Aplicación de Penas de París aceptó la demanda de la defensa de puesta en libertad debido a su estado de salud y permitió que Gómez fuera trasladado del hospital de París donde estaba internado desde enero de ese año a otro centro próximo a su familia.

Tras conocer este fallecimiento, Sortu solicitó la prisión atenuada para los presos que padecen enfermedades graves e incurables. En un comunicado, la formación soberanista expresó sus “condolencias y su apoyo” a la familia y al entorno más cercano del fallecido y consideró “inaceptable que pongan a los presos en libertad solo antes de morir”, poniendo nuevamente en foco en el debate sobre la situación procesal de aquellos reclusos que se hallan enfermos de gravedad.

“Con motivo de la grave enfermedad incurable que padecía, en abril de 2017 se dictó en el Estado francés la suspensión de condena para Oier, tras quedar sin efecto las euroórdenes que pesaban contra él. Desde entonces ha residido en Baiona, toda vez que recibía tratamiento en un hospital de la ciudad”, informó por su parte la asociación de familiares de presos, Etxerat.

Sortu defendió en su nota pública que “todos los presos deberían tener el derecho a vivir de una manera digna y quienes se encuentran enfermos deberían tener el derecho a poder tratar su enfermedad de manera digna”. Por ello, la fuerza soberanista reclamó que se aplique la prisión atenuada a todas las personas presas que tengan una enfermedad grave e incurable, ya que “la cárcel no es un lugar adecuado para las personas que padecen enfermedades graves e incurables”.

Amnistia Ta Askatasuna (ATA) puntualizó en un comunicado que “Oier se encontraba viviendo en Baiona desde que en abril de 2017 el Estado francés le suspendiera la condena que le había impuesto y saliera de la cárcel, aunque como consecuencia de la división generada por los Estados español y francés, y para evitar ser de nuevo detenido, no pudo regresar a su Gasteiz natal”. - E.P.