gasteiz - Ayer se celebró en Barcelona una nueva reunión entre los gobiernos catalán y español, que una vez más no satisfizo plenamente a la Generalitat. ¿Tampoco son posibles los avances en relación al conflicto catalán con el Ejecutivo de Pedro Sánchez?

-Sí que hemos notado, evidentemente, un cambio en cuanto a las formas, y también tienen disponibilidad para establecer cierto tipo de reuniones. Esto es así, pero de ahí a que haya una propuesta en concreto para abordar el conflicto político nada de nada, y lo que reclamamos desde Catalunya es que se nos reconozca como interlocutores, en una mesa bilateral, a poder ser con algún observador, internacional o no, que garantice que ese diálogo es franco.

¿Cómo ha afectado a la unidad del Govern la interposición ante el Tribunal Constitucional de un recurso por parte de Puigdemont a la decisión de la Mesa del Parlament de retirarle el voto delegado?

-Ha sido puramente un recurso instrumental porque el presidente Puigdemont quiere llegar a Estrasburgo para tener garantías de que sus intereses sean atendidos con justicia, y para poder dar ese paso era imprescindible el recurso al Constitucional. No hay ninguna mala voluntad con respecto a la Mesa el Parlament ni a su presidente.

¿La reacción de ERC a ese recurso ha sido tan dura como se deja traslucir entre bambalinas?

-Yo no soy de ERC y no puedo responder por ellos, pero he tenido alguna conversación con consejeros de este partido y creo que hay que quitar hierro al asunto porque no hay más que lo que he explicado.

Usted tiene línea directa con Puigdemont, que hoy participará, a distancia, en la constitución de la Crida. ¿Cree que esta plataforma puede contribuir a restablecer la unidad en el soberanismo?

-Este es el objetivo de la Crida, ha nacido básicamente como un movimiento que quiere desaparecer el día en que el pueblo catalán pueda ejercer el derecho de autodeterminación. Es una herramienta para que el independentismo pueda ir a una en este objetivo, un movimiento de personas, no de partidos, y esa es su voluntad, no está para hacer políticas concretas más allá que avanzar hacia ese objetivo.

¿Tratará de restar protagonismo a los partidos en alguna medida, siquiera para dar al independentismo una sola voz?

-El independentismo catalán es plural y hay matices que a veces producen mucho ruido, pero en el fondo estamos todos de acuerdo en que el objetivo final es llegar a decidir nuestro futuro, decidir en libertad, pacífica y democráticamente. Los independentistas acataremos el resultado si es negativo. ¿Los unionistas están dispuestos a acatarlo? Lo que no puede ser es que no se quiera jugar el partido y utilicen todas las herramientas, los árbitros y el factor campo a favor ya de entrada para que ese partido no se juegue. El conflicto no se va a resolver si no se da la voz a los ciudadanos con plenas garantías.

¿Ve factible que el PDeCAT se alíe para las europeas con el PNV una vez que el president Puigdemont se ha postulado para concurrir a estos comicios?

-Nuestra primera opción es una gran lista unitaria del independentismo catalán. Es la mejor vía para defender los intereses del independentismo, de muchos catalanes que quieren ejercer el derecho a la autodeterminación y que quieren internacionalizar el conflicto a nivel europeo. Tenemos a medio gobierno en prisión y a medio gobierno en el exilio, entre ellos el presidente, y entendemos que la mejor manera de que a Europa le llegue de forma inequívoca la voluntad del independentismo es ir juntos en una candidatura. En eso estamos trabajando. No descartamos nada pero estamos trabajando en esta opción. El president Puigdemont se ha ofrecido para ser el numero 2 de Junqueras en las europeas y nos gustaría que esto fuera posible, que fueran los dos de la mano para expresar lo que significan el exilio y la prisión en España, en lo que se supone que tendría que ser una democracia del siglo XXI, pero que cada vez más se parece a Turquía o China.

¿Considera un aviso de cara al inminente juicio por el referendum del 1 de octubre la respuesta del Supremo al recurso de Artur Mas por el 9-N, según la cual no existe el derecho a participar en una consulta considerada ilegal?

-Lo del 9 de noviembre era una consulta no vinculante, un proceso de participación ciudadana. Al señor Artur Mas le cayeron por este hecho dos años de inhabilitación por desobediencia y el Tribunal de Cuentas le impuso una multa de cinco millones de euros; esto es el Estado español en el siglo XXI. Se realiza un proceso de participación ciudadana organizado por los mismos ciudadanos, se te declara responsable subsidiario y te caen dos años y cinco millones; es evidente que en un Estado así no queremos estar.

¿Pero, en cualquier caso, podría ese fallo generar una especie de jurisprudencia oficiosa?

-Son cosas distintas, eso fue un proceso de participación y el del 1 de octubre fue un referéndum. Quiero recordar que los partidos se presentaron a las elecciones con programas que llevaban esta propuesta, ganaron las elecciones, se pusieron de acuerdo e hicieron el proceso de forma democrática vía Parlamento, mediante una ley.

En el juicio probablemente se escuchará la versión de Rajoy sobre lo sucedido, pero no la de Puigdemont, cuyo testimonio se ha denegado. ¿Consideran esta decisión un síntoma de la parcialidad que denuncia el independentismo en la Justicia española?

-Hoy en día se están realizando declaraciones vía videoconferencia en muchos juicios, que nada tienen que ver con éste. Mi pregunta es por qué no puede declarar Puigdemont vía videoconferencia.

Se alega que está acusado, y por lo tanto tiene derecho a mentir, y que como testigo carecería de ese derecho.

-En todo caso lo tendrá que decidir la persona afectada, es su problema, un tribunal de antemano no tiene por qué decidir por la persona que va a declarar. Yo mismo estoy en la lista de testimonios y estoy imputado por el juzgado número 13 de Barcelona por tres delitos. ¿Cuál es la diferencia? ¿Que no quieren que el señor Puigdemont salga en una pantalla declarando en un juicio político?

¿Da por hecho entonces que el juicio no será justo?

-Esto tiene pinta de que va a acabar en Estrasburgo, y cuando los tribunales europeos se pronuncian sobre el 1 de octubre sus resoluciones no van en sintonía con lo que apunta en la instrucción el Tribunal Supremo. Al contrario, Puigdemont y los consellers en el exilio han tenido resoluciones favorables con respecto a la orden de extradición por rebelión o sedición. Se está poniendo en cuestión si la Justicia es garantía de alguna cosa cuando alguien es catalán en el Estado español. Tenemos a unos violadores como los de la Manada sentenciados en firme y en libertad, y tenemos a unos políticos catalanes, miembros destacados de un gobierno, honorables personas con familia e hijos, que no han matado a nadie, en prisión provisional. Nos tenemos que plantear si la Justicia es igual para todos en el Estado español o si hay una paralela para los catalanes y los vascos.

Usted que ha tenido a la Guardia Civil pisándole los talones, ¿teme por su situación personal, por correr la misma suerte que los consellers encarcelados? ¿En qué medida afecta a la acción política trabajar bajo esa amenaza?

-Es inevitable que esto te afecte, de hecho le afecta más a mi familia que a mí, que estoy curtido. Ya hace años que me dedico a la política, aunque soy ingeniero informático y seguramente volveré a mi antigua profesión. Cuando uno decide tomar el camino de defender la libertad, los derechos civiles, el derecho del pueblo catalán a decidir su futuro pacíficamente, tiene siempre presente que está en el lado correcto de la historia y por tanto los que no deberían tener la conciencia tranquila son los que abusan del Estado de derecho para amedrentar o criminalizar a las personas. Al menos en mi persona no van a conseguir nada. Defender estos derechos fundamentales es algo que deberíamos hacer todos y deberíamos sentirnos orgullosos de poderlo hacer.