BARCELONA - Govern y Gobierno español ven avances en la configuración de la mesa de partidos para dialogar sobre una solución a la diatriba catalana. Así lo constataron tras la cita que mantuvieron ayer en Barcelona el vicepresident Pere Aragonès, la consellera de la Presidencia Elsa Artadi y la vicepresidenta del Ejecutivo de Pedro Sánchez, Carmen Calvo, en la sede de la Conselleria de Economía de la Generalitat en un “clima constructivo”. Las dos partes sostienen que se ha “avanzado en la negociación de la composición de una mesa de diálogo entre partidos” y se emplazaron a seguir dialogando en las próximas semanas sobre este tema, pero sin concretar la composición ni el funcionamiento de esta mesa de diálogo. Parece que las conversaciones están estancadas, aunque ninguna de las partes quiso hablar en esos términos.

La Generalitat y Moncloa llegaban a la reunión con visiones dispares sobre cómo debía ser esta mesa: para los primeros, debe tener presencia de partidos catalanes y de ámbito estatal como el PSOE y Podemos, e incluso se ha llegado a hablar del PNV como observador; para los segundos, solo de partidos catalanes, si bien esta ya existe, ya que la convocó Quim Torra el pasado 16 de noviembre a instancias del líder del PSC, Miquel Iceta, y con el aval entusiasta del propio Sánchez. También quedaron en seguir trabajando en el marco de un segundo espacio de diálogo, la comisión bilateral Estado-Generalitat. Así, los dos gobiernos siguen en el mismo punto que en la cumbre de la semana pasada en Madrid: sí al diálogo a través de estos dos espacio de diálogo, pero aún queda en el aire cómo debe funcionar la mesa con presencia de partidos políticos. Horas antes del encuentro de ayer, la portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, ya percibía que “van avanzando” las conversaciones con el Govern. Lo que hay que seguir es hablando, hay que seguir dialogando”, afirman desde Moncloa.

Calvo se aferra a la tesis del líder del PSOE de que lo fundamental es abrir el diálogo entre las fuerzas políticas catalanas, independentistas y no independentistas. “La solución tiene que venir de Catalunya”, insisten desde el Gobierno español. El Govern, no obstante, que se mantiene inflexible en la presencia de los partidos españoles, acepta que en la mesa no haya mediadores y se conforma con que lo que haya sea testigos que den fe de las conversaciones mantenidas y los eventuales acuerdos alcanzados. Una entente en esta materia podría allanar incluso la posibilidad de que el independentismo acabe aprobando los Presupuestos de Sánchez.