estrasburgo - El lehendakari utilizó ayer la atalaya de Estrasburgo, una plaza muy simbólica en la historia de los derechos humanos, para lanzar desde allí una advertencia en pleno auge de los extremismos y en un momento en que el experimento andaluz de la derecha inquieta por las implicaciones que pueda tener el discurso de Vox en la convivencia, el tratamiento de la inmigración o las demandas de las mujeres. Iñigo Urkullu apostó por mantener como “brújula” los derechos humanos y avisó de que no son un deseo, sino que “vinculan jurídicamente” a los poderes públicos a través del Convenio Europeo y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ubicado en Estrasburgo. El lehendakari percibe el auge del extremismo como una “amenaza para la convivencia”, y recrimina que algunos partidos agiten estos mensajes por rédito electoral.

Urkullu participó en un homenaje a René Cassin, premio Nobel de la Paz en 1968, nacido en Baiona y principal redactor de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El lehendakari plantó un retoño del Árbol de Gernika frente a su fundación como símbolo del compromiso de los vascos con esos valores, tras haberse reunido también con el presidente del tribunal, Guido Raimondi, y haber participado en un acto de recuerdo organizado en la propia sede de los magistrados.

Urkullu, que se mostró fiel a su perfil institucional y no citó ninguna sigla política, aludió a las “amenazas populistas y extremistas”, tanto globales como locales. “Enfrentamos amenazas populistas y extremistas que, para obtener réditos electorales, azuzan el miedo y convocan los más bajos instintos humanos. Utilizan el racismo, la xenofobia y el miedo al diferente o al inmigrante. Frente a esta amenaza a la convivencia y los más genuinos valores europeos, los derechos humanos son la brújula que permite orientar una política basada en el humanismo”, recalcó.

Lo hizo en un contexto en el que Vox está condicionando los discursos de la derecha española y, sobre todo, del PP de Pablo Casado, que ha asumido su lenguaje sobre la violencia de género y el efecto llamada de la inmigración para ganarse su favor en la investidura andaluza, y también para reagrupar el voto de la derecha en torno a los populares. Casado ha realizado ya varios actos políticos en las vallas de Ceuta y Melilla. Se da la circunstancia de que el lehendakari se ha destacado como uno de los responsables políticos más activos en el debate de la convivencia y la integración de los migrantes, con propuestas de acción conjunta europea como el proyecto Share. Por ello, le saben aún peor el auge de Vox y la actitud del PP. Todo ello, en el contexto del ascenso de estas ideologías en Europa, con casos como el del vicepresidente italiano, Matteo Salvini.

Urkullu avisó de que los “derechos humanos no son solo un desiderátum”. “Vinculan jurídicamente las políticas públicas”, aclaró, para llamar a continuación a defender “sin excusas” lo contemplado en el Convenio Europeo, y para recordar también que el Tribunal de Estrasburgo es “garantía de seguridad jurídica”. “Las políticas económicas, sociales y de solidaridad deben orientarse a la dignidad humana, a la creación de condiciones de igualdad y justicia”, zanjó.

El acto de mayor simbolismo de la jornada tuvo lugar con la plantación del retoño del Árbol de Gernika en presencia de la presidenta de las Juntas de Bizkaia, Ana Otadui. El retoño se convirtió en la metáfora del compromiso de Euskadi con los derechos. El lehendakari recordó que el propio árbol se convirtió en un icono de esta lucha gracias a la obra de Picasso. “Plantar aquí la semilla del Árbol de Gernika representa un símbolo y un compromiso para el pueblo vasco. La firmeza con que este retoño se alza hacia el cielo nos recuerda que la causa de los derechos y la dignidad humana es el principal proyecto de la humanidad”, puso en valor.

delegación Urkullu realizó la visita con el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández; la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza; la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando; y el director de Asuntos Europeos, Mikel Anton. Agradeció al Ararteko, Manuel Lezertua, su colaboración en la organización del homenaje.