sevilla - El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, fue ayer investido presidente de la Junta de Andalucía en primera votación gracias a los apoyos de Ciudadanos (C’s) y Vox, que le valieron para superar los 55 parlamentarios que marca la mayoría absoluta de la Cámara autonómica. La candidatura del líder popular cosechó un total de 59 votos, que se desprenden de los 26 parlamentarios que obtuvo el PP en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, más los 21 que alcanzó el partido naranja y los doce con los que se estrenado Vox en el Parlamento andaluz. Sendos partidos respaldan a Moreno en virtud de los acuerdos que, por separado, firmaron con el partido conservador para garantizar su investidura.

Moreno se convierte en el primer presidente de la historia de la autonomía andaluza que no pertenece al PSOE, y en adelante capitaneará un Ejecutivo en el que los populares cogobernarán con C’s, con once consejerías (6 y 5, respectivamente), entre las que se incluye una vicepresidencia que quedará en manos de Juan Marín.

No este el único hito histórico que ayer alumbró el Parlamento andaluz en la sesión de investidura de Moreno. El otro es que también por primera vez se escucharon y anotaron en el diario de sesiones de la Cámara un discurso y unas ideas de cariz ultraderechista por boca del portavoz de Vox, Francisco Serrano. Su intervención fue negacionista contra la violencia de género, revisionista sobre la memoria histórica y alarmista sobre los “inmigrantes ilegales”. Dejó para futuras sesiones plenarias la defensa de los toros y la caza, la protección oficial al flamenco o la devolución al Estado de competencias autonómicas como la Educación o la Sanidad.

Serrano se subió a la tribuna de oradores sabedor de que tiene la sartén por el mango pese a ser la última fuerza parlamentaria con doce votos. El partido extremista tiene la llave de la estabilidad en la región más poblada del Estado español. Y dejó claro su marcaje al Partido Popular desde el primer minuto uno de la legislatura al subrayar que Vox se erige como “fuerza política decisiva” para sostener al Gobierno andaluz, aunque sea desde fuera. En su intervención rescató los principios que inspiran a su partido recogidos en su primera propuesta para apoyar a Moreno y que finalmente los populares rebajaron.

Su ataque a lo que consideran “ideología de género” lo adornó con afirmaciones como que los andaluces están “hasta el gorro y la gorra del lenguaje inclusivo”; de la política “contaminada por la perspectiva ideológica de género”; y de la “supuesta memoria histórica, en un claro ejercicio de manipulación intelectual por parte de una extrema izquierda, que son los nuevos fascistas disfrazados de demócratas y que demuestran actitudes totalitarias y sectarias”.

Moreno, que tomará posesión del cargo este viernes, evitó incomodar a Vox en su discurso de investidura y les pidió “encapsular” las discrepancias entre ambas formaciones y fijarse en los puntos de encuentro con el objetivo de dotar de “estabilidad” la legislatura “porque el cambio no es solo hoy, se tiene que notar de verdad y por encima de la obra del cambio tenemos que generar estabilidad”. No entró en el debate de las propuestas concretas de Vox que, de forma inevitable y recurrente, saltarán en los plenos parlamentarios durante la legislatura. El presidente andaluz prefirió postergar esos debates y pidió a Vox que deje pelos en la gatera y piense que ambas formaciones tienen que ser “útiles” para mejorar la vida de los andaluces y que dentro de unos años se pueda decir “mereció la pena el 2 de diciembre”, el día de las elecciones andaluzas.

Moreno y el PP tendrán que hacer verdaderos equilibrios para conciliar el apoyo de su socio de Gobierno, Ciudadanos, y el de su aliado vital en el Parlamento, Vox. Pero los de Albert Rivera no están cómodos metidos en una triple alianza con una formación con label de extrema derecha. Empaña su tarjeta de presentación en Europa, y sobre todo en la Francia de su referente Macron, con unas elecciones europeas en ciernes en las que Ciudadanos tiene depositadas muchas esperanzas.

El líder de C’s en Andalucía, Juan Marín, volvió ayer a “desvincularse” del acuerdo del PP con Vox e insistió en que solo le “vincula” el acuerdo con 90 medidas alcanzado con el PP. “Hablaremos con todos, pero está claro que hay grandes diferencias entre lo que Vox defiende y representa y lo que Ciudadanos defiende y representa. En ese aspecto será más difícil el entendimiento”, precisó Marín anticipando tiempos difíciles para el tridente de derechas andaluz.

el barón con más peso Además de la insólita foto de un partido de ultraderecha pisando moqueta en el Parlamento andaluz y de una triple alianza de derechas con dos partidos que se evitan, la nueva era política andaluza aportó además la inédita situación de que el PSOE pase por primera vez a la oposición y que su líder, Susana Díaz, pase a la historia por ser la primera presidenta socialista que pierde el poder en 36 años. En el debate, su confrontación dialéctica con Moreno fue uno de los momentos más destacados de la investidura.

Moreno, malagueño que llegó a la presidencia del partido en marzo de 2014 de la mano del expresidente popular Mariano Rajoy, se ha convertido tras el gallego Alberto Núñez Feijóo en el barón con más peso del PP de Pablo Casado tras desalojar al socialismo de su feudo más importante, Andalucía. Y ello pese a no haber ganado ninguna de las dos elecciones autonómicas a las que se ha presentado, con una importante pérdida de votos en las últimas, pasando de 33 a 26 escaños.