gasteiz - El lehendakari Iñigo Urkullu expresó ayer el “reconocimiento del sufrimiento injusto padecido por las familias de las víctimas desaparecidas” durante la Guerra Civil. Se comprometió por ello a “otorgarles el lugar que merecen en la memoria de nuestro país” y a “seguir trabajando para encontrarlas, a reconstruir nuestra memoria sin olvidos ni silencios”. Urkullu se expresó en estos términos durante el acto de entrega a sus familiares de los restos de cinco milicianos del Batallón Facundo Perezagua, del PCE-EPK, que fueron fusilados en el monte Altun de Zeanuri en 1937.

El Instituto Gogora, con la colaboración la Sociedad de Ciencias Aranzadi, exhumó los restos de Pedro García Gil, Pedro San Millán Beitia, Isaías Rebollo Cardo, José María Alberdi Ruiz y Valentín Fernández Soto en noviembre de 2017. Tras su identificación, Urkullu dijo que “se cierra el ciclo de búsqueda de cinco personas desaparecidas durante más de 80 años y abrimos el ciclo del reconocimiento a quienes se pretendió enterrar en el olvido”.

Durante el acto, que tuvo lugar en la sede de Gogora en Bilbao, el lehendakari insistió en que estas personas forman parte de la “memoria colectiva de nuestro país”. A la hora de entregar los restos estuvo acompañado del alcalde de Zeanuri, Eusebio Larrazabal. También acudieron familiares de cuatro de las cinco personas identificadas. Tres de los restos de los milicianos serán inhumados en el Columbario de la Dignidad situado en Elgoibar. Las familias trasladarán los otros dos a sus respectivos cementerios.

En nombre de los familiares, una sobrina de Isaías Rebollo agradeció a Lakua los esfuerzos realizados para localizar y exhumar los restos de sus allegados, a quienes dedicó un emocionado recuerdo. También acudieron varios consejeros del Ejecutivo vasco, el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández, y la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro. - DNA/Efe