vitoria - En un momento en el que comenzaban a ser evidentes las reservas y las dudas con las que asiste el PP de la comunidad autónoma al ritual de acercamiento entre la dirección estatal y Vox, el presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, tuvo que salir ayer al paso con un tuit en el que trató de escenificar un cierre de filas y aclarar que su partido es un “equipo”. Alonso publicó una fotografía de la dirección autonómica y de él mismo con Pablo Casado en una de sus visitas a suelo vasco, defendió que el PP “es un gran equipo que defiende la libertad, la moderación y la estabilidad”, y descartó que esté valorando abandonar el partido, después de que el burukide del PNV, Koldo Mediavilla, insinuara esa posibilidad asegurando que estudia abandonar el barco. Alonso trató de evitar que se le identifique como voz crítica.
“El PNV debería preocuparse por la Euskadi excluyente que crea su plan soberanista para quienes no somos nacionalistas. Aunque no quieran, yo seguiré aquí combatiendo su proyecto rupturista”, dijo. El mensaje llega después de que el propio Alonso apostara por no asumir determinadas cesiones ante Vox, y después de que el guipuzcoano Borja Sémper marcara distancias con un partido “populista”. Esas declaraciones quedaron después en fuera de juego, cuando Casado asumió totalmente por sorpresa buena parte del discurso de Vox sobre la violencia de género para que el PP pueda gobernar en Andalucía. Varias cabeceras de la prensa estatal interpretaron también que el PP vasco se estaba desmarcando de Casado. Además, en este caso, los precedentes jugaban a favor de esa tesis: Alonso y Sémper no apoyaron a Casado en las primarias del PP, sino a Soraya Sáenz de Santamaría. Mediavilla hizo la lectura de que el PP avanza hacia su autodestrucción con Casado y que los populares vascos pueden ser una fuerza extraparlamentaria.
Casado, por su parte, está normalizando sus relaciones con Vox y se prepara para iniciar pasado mañana una negociación oficial con la que quiere lograr sus votos en la investidura andaluza. El PP ha dado a Vox lo que quería: tutearse con uno de los principales partidos del Estado y tener capacidad de influencia en una negociación, tras una semana de guiños donde Casado también ha cedido proponiendo ayudas para los hombres agredidos y hablando de combatir las denuncias falsas que puedan presentar las mujeres, cuando no llegan ni al 0,1%. En este contexto, Ciudadanos se desmarcó de la reunión del martes, de la que huye como el agua hirviendo por cuestiones estratégicas. “No tiene ni cabida ni interés para Ciudadanos”, dijo Carlos Carrizosa, en un intento de alejarse de esta dinámica para que no le plantee problemas con sus socios europeos y con el propio Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona, que ayer, no obstante, no se dio por aludido en todo este asunto y echó balones fuera. En el fondo, no obstante, Ciudadanos planteó en el pasado demandas parecidas a las de Vox pidiendo una ley de violencia intrafamiliar.
El PP queda en solitario como el único defensor del acuerdo en pie de igualdad con Vox, todo ello en puertas de las elecciones municipales y forales del 26 de mayo, donde su delegación vasca corre el riesgo de sufrir un descalabro. Además, no deja de acumular controversias por sus polémicas decisiones en política de comunicación. Ayer mismo desencadenó un conflicto político por publicar el vídeo de un humorista que sugería a los Reyes Magos la muerte del presidente Sánchez.
Vox es una formación de ultraderecha ante la que buena parte de los partidos exigen trazar un cordón sanitario porque sus postulados suponen un retroceso en el modelo autonómico y social. Casado, no obstante, está cediendo a sus demandas, por un lado, con el objetivo de amarrar la investidura de Juanma Moreno en Andalucía, lo que supondría asestar un golpe a la autoestima del PSOE y reducir su poder institucional con la mirada puesta en las elecciones que se celebrarán en los municipios, algunas autonomías y el Parlamento Europeo en mayo, además de las elecciones generales, para las que no se ha concretado una fecha.
Por otro lado, Casado pretende a medio plazo volver a agrupar en torno a las siglas del PP el voto de la derecha que se ha fugado a Ciudadanos y Vox. No lo está consiguiendo aunque ya haya planteado la devolución de competencias como la educación, porque todas las encuestas mantienen la fragmentación y auguran la entrada de Vox en el Congreso, con mayor o menor representación. El PP lleva semanas blanqueando las posiciones de Vox y colocando el peso en los acuerdos a los que ha llegado y puede llegar el PNV con la izquierda abertzale porque no condena a ETA.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, habló por teléfono el viernes con su homólogo en Vox, Javier Ortega Smith, para iniciar el martes la negociación andaluza. El PP ha admitido buena parte del discurso de Vox, aunque sin llegar a retirar las ayudas para la Ley de Violencia de Género, una condición que no va a asumir. A cambio, todo apunta a que a lo largo de la legislatura se tramitarán iniciativas parlamentarias para brindar ayudas a los hombres. La investidura tendrá lugar, a más tardar, el día 16. Los votos de los 12 escaños de Vox son imprescindibles.
no ir a las elecciones Fue en ese contexto donde García Egea, en una entrevista concedida a la cadena Cope, avisó de que la repetición de las elecciones “es un regalo de Reyes que no merecen ni Susana Díaz, ni el PSOE, ni Podemos”. “Vamos a poner toda la carne en el asador para articular la mayoría que permita que Susana Díaz no siga teniendo días de más en el calendario al frente de la Junta. Hay que trabajar juntos para que no tengamos ninguna excusa que dé el regalo de Reyes a Díaz de esa repetición de elecciones”, dijo. En declaraciones a Europa Press, por otro lado, respondió al PSOE que “esto no va de hombres contra mujeres, sino de agresores contra víctimas”.