- El Consejo de Ministros que mañana se celebrará en Barcelona tendrá lugar en un clima donde la tensión puede quedar rebajada tras la reunión que esta tarde, a las 18.00 horas, en el Palacio de Pedralbes, mantendrán el Govern de Quim Torra y el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Sendos gobiernos discrepan del formato del encuentro que, según la Generalitat, consistirá en una “salutación” por cortesía entre ambos presidentes antes de la cita en la que participarán tres ministros y tres consellers, que era la pretensión inicial del máximo dirigente catalán. Desde Moncloa prefieren reseñar que los primeros espadas conversarán a solas y que, paralelamente, lo harán sus respectivos equipos, en aras de salvaguardar su relato. Algo que refleja la importancia de la forma sobre el contenido.
Por la parte catalana todo apunta que serían el vicepresident Pere Aragonès, la consellera de Presidencia Elsa Artadi -quienes han negociado con la vicepresidenta española Carmen Calvo-, y la titular de Justicia, Ester Capella. Ello se producirá antes de la cena de la patronal catalana, Foment del Treball, a la que asistirá Sánchez y parte de su gabinete. El Govern sostiene que esta cumbre va a tener “contenido político” que aún no está cerrado. A la espera de concretar los asuntos a tratar, Torra enumeró ayer durante el pleno del Parlament los asuntos que desearía abordar con Sánchez, sin perjuicio de que pueda haber otros temas sobre la mesa. Se trata, a su entender, de los “grandes consensos” de la sociedad catalana, que son el rechazo a la monarquía, a la “represión” contra dirigentes independentistas y a un nuevo 155, la defensa del ejercicio del derecho a la autodeterminación a través de un referéndum “acordado” y la escuela catalana. A su entender, la cita supone una “gran oportunidad de diálogo” asumiendo los datos de una encuesta publicada este pasado fin de semana, según la cual hay un amplio consenso del 80% en la sociedad catalana en torno a las cinco cuestiones mencionadas. “Aspiramos a discutir de esto con Pedro Sánchez y también de los temas que crea”, añadió el president en respuesta a una pregunta del líder del PSC, Miquel Iceta, en la que este le solicitó que no se cierre en banda durante la entrevista.
Desde el Congreso no pusieron las cosas fáciles tras el rifirrafe entre la popular Dolores Montserrat y la socialista Meritxell Batet. “¿Qué está negociando el Gobierno con Torra?”, se preguntó la primera para responderse con interrogantes retóricos. “¿Están negociando la venta de España? ¿La venta de la soberanía?”. “No se puede dialogar con un presidente que legitima la violencia. No hay diálogo con quienes no cumplen la ley”, zanjó Montserrat reprochando a Sánchez que lleve “9.000 policías para defender a los miembros del Gobierno que se volverán a Madrid en el Falcon”. La socialista le replicó con un recordatorio inicial “de los insultos” de Montserrat al presidente español: “¿Su intervención nos acerca o sus palabras nos alejan de poder construir nada juntos?”. Mientras, desde Catalunya, Torra tachó de “gravísimas e intolerables” las palabras de Pablo Casado asegurando que el president “quiere un derramamiento de sangre y una guerra civil”. Con todo, y con las entidades civiles independentistas, además de los partidos, reclamando que la jornada de mañana transcurra pacíficamente, todo invita a que la atmósfera baje unos cuantos decibelios.