madrid - Un año más tarde de la consulta del 1-O, han salido a la luz nuevos vídeos y grabaciones de las cámaras de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que muestran cómo fueron las actuaciones de sus agentes antes, durante y después de intervenir en los colegios electorales. En las imágenes, comentan la actuación e incluso algunos reconocen que habían herido a gente. “Desde detrás metía la porra como si no hubiera un mañana. Y no había cojones. Y empujaban, y empujaban. Si uno no se ha ido con la costilla rota poco le ha faltado”, se escucha.

En los vídeos grabados por las propias cámaras GoPro de los policías, y a los que ha tenido acceso la Agència Catalana de Notícies (ACN), se observa cómo los agentes preparan las operaciones, se abren paso en los edificios y realizan registros en busca de urnas y papeletas. En una de las grabaciones, la Policía Nacional está en un ambulatorio de Barcelona y un jefe los anima: “Venga, señores, vamos para adentro”. A continuación, se encuentran con decenas de personas en el interior del edificio e intervienen con dureza para desalojarlas. “Tenemos la fuerza, tenemos la fuerza”, dicen, mientras los desalojados replican que solo quieren votar.

En otra de las tomas de las grabaciones de los agentes en ese mismo punto de votación, se ve cómo cogen por la cara a una señora y la estiran por la boca para sacarla de delante de la puerta de madera de donde se había agarrado. En su desesperación para intentar encontrar las urnas, los agentes interrogan a una señora y le reclaman insistentemente que diga dónde están. Ella está muy nerviosa y dice que no lo sabe y que ni siquiera habían empezado a votar. Uno de los policías con casco le grita muy fuerte y a pocos centímetros de la cara, de forma intimidatoria: “¡Que dónde están las urnas!”. Finalmente, encuentran urnas y papeletas en un lavabo.

En otro de los vídeos, se ve la actuación de la Guardia Civil en el municipio de Sant Martí Sesgueioles, donde a pesar de ser sólo 370 vecinos, llegaron una cuarentena de efectivos policiales. Los agentes llegan al pueblo, donde los esperaban unos tractores que cortaban la calle de acceso al local donde había el colegio electoral y donde los vecinos tenían la única urna del pueblo. Cuando el responsable del operativo interviene, pide a la gente que los deje entrar. “Sabemos la problemática que tenemos, queremos entrar. Simplemente queremos hacer nuestro trabajo”, dice. Y añade: “Queremos llevarnos lo que tienen dentro y marchar”.

Primero, la Guardia Civil se dedica a retirar las mesas y las sillas colocadas ante la gente pero después uno de los agentes descubre una puerta lateral y cambian de estrategia. ¿”Reventamos aquella? Le metemos allí la hostia”, dicen. Entonces, otro da instrucciones: “Entraremos por el lateral, que no pase nadie por abajo. ¿Un cordón aquí fuerte, vale?”. Y poco después, empieza la actuación policial y la cámara cae en el suelo y pierde la imagen.

En uno de los siguientes elementos de la grabación, se puede escuchar el estado de ánimo de los agentes. “¡Hostia puta, qué liada! ¡Buah, no podíamos con ellos, qué fuerza que tenían!”, dice un agente. Van al coche, y se oyen sus conversaciones. “Desde detrás metía la porra hacia adentro como si no hubiera mañana. Y no había cojones. Y empujaban, y empujaban. Si uno no se ha ido con la costilla rota poco le ha faltado”, comentan. - DNA