MADRID. Así lo ha expresado en una entrevista en RNE, en la que Ortiz ha explicado que estos traslados de presos de ETA a cárceles vascas se llevan a cabo "de manera natural" porque, según ha dicho, corresponden a la valoración de las variables de cada caso concreto.

En este sentido, ha defendido que Instituciones Penitenciarias "no trabaja ni con listas ni con personas", sino que lo hace estudiando "el caso especial de cada uno de ellos" y, como consecuencia de ese análisis individual, se toman las medidas "que proceden".

El secretario general de esta institución ha recordado que existe una obligación legal por la que se revisa la situación penitenciaria de cada persona cada seis meses y, como consecuencia, se lleva a cabo un pronunciamiento que hacen las Juntas de Tratamiento que se manda al centro directivo de Instituciones Penitenciarias.

"LAS VICTIMAS NO CONDICIONAN LA POLITICA PENITENCIARIA"

Con todo, ha recordado que, a pesar del respeto al estatuto de la víctima, éstas "no condicionan o dirigen" la política penitenciaria que, según ha defendido, corresponde al Gobierno y a la secretaría general de Instituciones Penitenciarias.

"Las víctimas han sido las grandes olvidadas en el sistema penal español, y por eso desde hace unos años contamos con un estatuto de la víctima donde se le da la importancia que tiene, en la que se le oye, pero no condiciona la política penitencia", ha argumentado en este sentido.

Desde que los socialistas llegaron a La Moncloa, se han llevado a cabo cuatro acercamientos de presos. El 7 de agosto, los reclusos Olga Sanz Martín y Javier Moreno Ramajo fueron trasladados desde el centro penitenciario de Villabona (Asturias) al de Basauri.

Los dos últimos acercamientos se produjeron el pasado 13 de septiembre y los protagonizaron Marta Igarriz Iceta, que cumplía condena en la cárcel de Castellón I y fue trasladada a Logroño, y el terrorista Kepa Arronategui Azurmendi que pasó de la prisión de Almería, a la de Zuera (Zaragoza). Este último fue condenado por preparar un atentado contra el rey emérito Juan Carlos I durante la inauguración del museo Guggenheim en el que murió un ertzaina.