madrid - El presidente del PP, Pablo Casado, dijo ayer basta. Tras meses de un goteo incesante de informaciones sobre las supuestas irregularidades en su máster, que él afirma que fue en realidad un curso de doctorado, ayer expresó su hartazgo de forma harto expresiva. “Yo no voy de catedrático de metafísica ni de registrador de la propiedad. Nunca he arremetido contra los jueces ni contra las universidades, pero esto me produce mucho hartazgo”, aseguró.

En una entrevista en la Cope, tiró además balones fuera y señaló: “Que pregunten a la Universidad Complutense, a la Rey Juan Carlos y que nos dejen en paz. Si una universidad hace algo malo, que se lo pregunten a ellos”. El caso máster de Casado se enreda cada vez más. Por el agravio comparativo de la dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, ante las dudas que arrojó su propio máster; y porque los intentos de extender la sombra de la sospecha hacia la tesis doctoral del presidente español, Pedro Sánchez, resultaron infructuosos.

Diversas fuentes afirman que el temor se ha instalado en el seno del PP ante la posibilidad de que este asunto, en manos actualmente del Tribunal Supremo, acabe alargándose hasta las elecciones municipales y autonómicas del año que viene. Quizás fruto de este nerviosismo, Pablo Casado fue ayer especialmente vehemente y lamentó que “si en España el debate durante cinco meses es lo que hizo un señor para su doctorado o para el bachiller, tenemos un problema. Son cortinas de humo para tapar lo que de verdad importa: se destruye empleo, crecemos menos que en los últimos años, estamos subiendo el gasto...”.

Admitió por ello estar “harto” de este tema y pidió que le dejen “en paz”. Durante su intervención radiofónica, agregó que “uno ya se siente víctima. Parece que a mí me habrán buscado problemas de patrimonio, de juergas, de pareja... Como no han encontrado nada, han ido a ver el curriculum vitae”. Pero “no da para tanto”, apostilló. Advirtió por último de que “hay que decidir si seguimos baremando a los políticos por si se saltaron los semáforos en rojo o por querer abrir la Constitución en canal para tapar un escándalo personal”. “En lo que a mí respecta -concluyó-, como ya he dado tantas explicaciones y no oculto nada, que digan lo que quieran. Yo a lo mío”.

Firma diferente Precisamente ayer trascendió que la licenciatura de Derecho de Pablo Casado en el centro Cardenal Cisneros registra un cambio de notas en la asignatura de Derecho Natural con una firma que, según la inspección de la Universidad Complutense (UCM), “no parece ser la misma” que la de la profesora que impartía esa materia. Según eldiario.es, en junio de 2007 en el acta de esa asignatura, el entonces diputado autonómico del PP aparecía como suspenso, mientras que en la convocatoria de septiembre figura como no presentado. Pero alguien cambió el acta y le puso a posteriori un aprobado.

La profesora que impartía la asignatura, sobre cuya firma existen dudas, es la misma que denunció haber recibido “indicaciones” para aprobar al dirigente popular y es la única miembro del claustro del Cardenal Cisneros, centro privado adscrito a la Complutense, que suspendió al líder del PP cuando se presentó a un examen. Pablo Casado estuvo tres años en el Cardenal Cisneros y en solo dos cursos aprobó el 70% de las asignaturas de la carrera.

Tal y como informó ayer, eldiario.es ha tenido acceso a las actas de la investigación interna de la licenciatura de Casado a través del portal de transparencia de dicha universidad (expediente 34/2018), con fecha del pasado 3 de julio. A las preguntas de la inspección, que archivó la investigación, la profesora respondió: “Supongo que es un error de transcripción, el examen estaba aprobado”.