barcelona - Había muchos dudas sobre la capacidad de movilización de la Diada este año por la fatiga generalizada de tantos años en tensión política y social y por la división interna en el independentismo con sus diferentes estrategias para afrontar el futuro tras el fracaso de la vía unilateral. Sin embargo, las cifras y las imágenes que dejó el Onze de Setembre catalán demostró el vigor del pulso independentista en la calle.

Una multitud se desplegó a lo largo de la Diagonal de Barcelona en una gran “ola sonora” planificada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en la que, según la Guardia Urbana, participaron un millón de personas, cifra que Sociedad Civil Catalana, contraria a la independencia, rebajó a 200.000.

Como es habitual, la convocatoria partió a las 17.14 horas de la tarde y desde ese momento los participantes trataron de articular una ola sonora a lo largo de los seis kilómetros de la Diagonal, un total de 38 tramos con ciudadanos con camisetas, esteladas y senyeras. En esa larga arterial se instalaron unas estructuras que simulaban un muro que el independentismo tiene que derribar.

El Govern catalán no pasó por alto la oportunidad de poner el foco en el número de manifestantes y en sus relaciones con el Gobierno español. Así, la conseller de Presidencia, Elsa Artadi, se refirió a la enorme movilización como “otro clamor por una república catalana”, mientras que el president de la Generalitat Quim Torra, pidió que el presidente Pedro Sánchez tome nota y sienta que el Govern quiere ir “hasta al final”.

También el expresident de la Generalitat quiso sacar músculo de la gran movilización que desbordó las calles de Barcelona y tildó de “histórica, espectacular y colosal” la manifestación independentista de la Diada. Tras agradecer con un vídeo en Twitter que miembros de la comunidad catalana le hayan acompañado durante la Diada en la denominada Casa de la República en Waterloo (Bélgica), así como desde su primer día en el extranjero. En otro tuit defendió que “todo lo que han hecho para reprimirnos, decapitarnos y liquidarnos no les ha servido para desmovilizar al pueblo de Catalunya”. Además, insistió en que “pese a la represión, persistimos en la lucha por una república catalana de libertad, igualdad y democracia”.

La marcha de ayer pretende ser la primera de una serie de movilizaciones simbólicas del soberanismo para este otoño con el fin de reclamar la libertad de los presos y el retorno de los “exiliados”. La próxima llamada a la movilización tendrá lugar con motivo del aniversario del referéndum del 1 de octubre, que constituyó un baldón histórico en el imaginario del indepedentismo. Hacia finales de noviembre, o comienzos de diciembre, está previsto que comience el juicio por el procés en el Tribunal Supremo, que sentará en el banquillo de los acusados a los líderes independentistas que guiaron el 1-O. La mayoría de ellos está en prisión provisional o huido en el extranjero. - DNA