MADRID - Los Presupuestos Generales del Estado para 2019 son la piedra de toque que dará o quitará el final de legislatura a Pedro Sánchez. Están siendo un quebradero de cabeza continuo para el presidente español al que ayer se le presentó un nuevo escollo en esta materia, complicando aún más la elaboración de las cuentas. El PP y Ciudadanos unieron ayer sus votos para que la Mesa del Congreso de los Diputados rechace tramitar por la vía de urgencia y en lectura única la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria presentada por PSOE y Unidos Podemos para impedir un veto irreversible del Senado a la senda del déficit.
Así las cosas la aprobación por el Congreso de la senda del déficit se verá retrasada, lo que dificulta aún más la elaboración de los Presupuestos que, en buena medida, están subordinados al techo de gasto. Con todo, el presidente Sánchez avanzó el pasado lunes que invariablemente presentará en noviembre su borrador presupuestario una vez acordadas sus bases con Podemos. Luego lo negociará con los partidos catalanes y el PNV.
La reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria fue registrada en agosto por el PSOE, Unidos Podemos, ERC y Compromís. Pretende volver al mecanismo que fijó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para que el posible veto del Senado al techo de gasto y la senda de déficit no sea irreversible, sino que pueda ser levantado por el Congreso por mayoría simple.
Para conseguir que se apruebe cuanto antes y así acelerar la presentación de unos nuevos Presupuestos, el PSOE y Unidos Podemos pidieron que la reforma se tramitase por el procedimiento de urgencia, lo que supone acortar los plazos a la mitad, y en lectura única, lo que implica solventar todos los debates en un Pleno del Congreso, sin pasar por ponencia ni comisión. Hacerlo por esa vía exprés sería un trámite de un par de meses, según fuentes parlamentarias. Por vía ordinaria supone en torno a seis meses.
PSOE y Podemos defendieron su propuesta de una tramitación por urgencia y por lectura única, a lo que. Ciudadanos se negó, exponiendo su posición favorable a quitar el veto del Senado siempre que se hiciera mediante una proposición de ley ordinaria, esto es, respetando todo el trámite parlamentario y que todos los partidos pudiesen proponer enmiendas al texto pactado. Ante la negativa, PP y Ciudadanos votaron en contra, sumando 5 votos (3 populares y 2 de la formación naranja) de los nueve totales.
El PSOE y Podemos acusaron a PP y Ciudadanos y a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, de practicar el “filibusterismo político” al impedir que se tramite por la vía de urgencia. Adriana Lastra acusó a Pastor de “parecerse más a Pablo Casado que a una presidenta de la Cámara” y anunció que volverán a pedir su tramitación urgente. - H. Unzueta