cornellá - La muerte de Abdelhouahab Taib, el argelino de 29 años que falleció el pasado lunes abatido tras atacar una comisaría de los Mossos en Cornellà, ha puesto en un brete a la Policía catalana por su conducta, en concreto la de la agente que le disparó, ya que su familia de Argelia y Francia ha cursado una denuncia al entender que “la actuación de la mossa no es justificable ante un hombre armado solo con un cuchillo”. El abogado de los allegados del atacante, David Martínez, visitó ayer a Luci, la mujer del agresor, que estaban en proceso de separación, negando rotundamente que Taib fuera un terrorista yihadista. “Era un musulmán, un buen musulmán que pasaba un mal momento emocional”, puntualizó.
En concreto, Luci y Taib decidieron separarse hace dos meses y justo el martes de la pasada semana firmaron el divorcio de mutuo acuerdo. “Fue una separación amistosa”, añadió el letrado, asegurando que la esposa le dio a su exmarido un margen hasta finales de mes para que buscara un nuevo alojamiento. La intención de Taib era seguir viviendo en Cornellà, donde había conseguido un trabajo estable y decía sentirse feliz. Cuando ella le manifestó su voluntad firme de divorciarse le instó a abandonar el domicilio conyugal antes de que volvieran las dos hijas adolescentes que ella tenía de un matrimonio anterior. En su declaración a los Mossos, la esposa del asaltante aseguró que su marido llevaba un tiempo amenazando con suicidarse después de que le confesara hace dos meses que era homosexual, pero que sentía “vergüenza” porque esa condición sexual no estaba permitida en su religión. De hecho, le mandó un sms a su esposa en el que decía que iba a marcharse inshallah -expresión religiosa que quiere decir si Dios quiere-, al “gran sitio que está arriba”.
Aunque los Mossos investigan el incidente como un ataque terrorista, que según Interior del Govern fue “aislado”, parece claro que Taib carecía de antecedentes policiales ni judiciales en el Estado, y habría actuado completamente solo. Es más, en su vivienda no se localizó en apariencia ningún material vinculado con la yihad, más allá de haber visto un par de vídeos en su ordenador. Pese a todo, el director de los Mossos, Andreu Joan Martínez, defendió ayer que la actuación de la agente fue “correcta, proporcional, adecuada y congruente” en una situación de “extrema gravedad”. Su defensa fue cerrada. “No tenemos ninguna duda de que la agente actuó como tocaba, protegiendo los bienes y la seguridad de las personas”, indicó, resaltando que la mosso siguió todas las pautas ordinarias de intervención, dio las alertas preventivas necesarias y, “desgraciadamente”, al final tuvo que disparar ante el ataque homicida.
La investigación aprecia “motivación personal encauzada desde el punto de visto religoso” en Taib, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que no descarta que los hechos puedan calificarse de terrorismo. De las primeras investigaciones se deduce que Taib, como respuesta a la “controversia personal grave” que sufría por sus tendencias homosexuales, optó por buscar una especie de “redención” y quería “morir matando o matarse”. La Fiscalía avisa de que deben analizarse los soportes informáticos incautados en su domicilio, si bien niegan que se hayan encontrado vídeos del Daesh o que sea verdad que Taib hubiera intentado suicidarse en anteriores ocasiones. Sí se halló una “oración” manuscrita cuya trascendencia aún hay que investigar y que la Fiscalía incardina en el aumento de la actividad religiosa que experimentó el fallecido en los últimos tiempos debido seguramente a su dilema personal. Los datos que sí han trascendido es que el hombre entró en la zona de recepción de la comisaría con “ánimo” de clavar el cuchillo a la agente, según el visionado de las grabaciones; y que al no lograrlo entró en el habitáculo por uno de los lados y trató de perseguirla. La agente efectuó hasta cuatro disparos, de los que tres llegaron a impactar en el atacante, según los atestados.
cup: “ejecución extrajudicial” En el ámbito político, el diputado de la CUP Carles Riera calificó la muerte de Taib de “ejecución extrajudicial”, recalcando que la función de la policía “no es matar a un delincuente, sino impedir que se cometa un delito”.