barcelona - Catalunya vivirá una nueva convocatoria electoral si Quim Torra no es capaz de sacar adelante los Presupuestos de 2019. Así lo corroboró ayer el president amparándose en que “los gobiernos acostumbran a dimitir si sus Cuentas no son aprobadas y me parece que esto es un mandato democrático de autoexigencia”. El Jefe del Govern avanzó que en la conferencia política que tiene prevista para septiembre alertará a los catalanes de los “enormes sacrificios que habrá que hacer” si el país quiere lograr la independencia, y solicitará a la ciudadanía “preparación y organización” para defender la república cuando llegue “el momento” de materializarla.

El fantasma de las urnas planea sobre el Ejecutivo catalán prácticamente desde la primera semana en que Torra se hizo con las riendas de la Generalitat pero ahora es él en primera persona quien advierte de que así será si la CUP no da su brazo a torcer y valida los Presupuestos. En una entrevista a la agencia catalana ACN, señaló que “tenemos unos socios preferentes, la CUP, que para nosotros nunca han formado parte del problema sino de la solución, como cualquier independentista. Negociaremos los presupuestos con la CUP y con el resto de grupos, está claro. Pero siempre hemos dicho que este proyecto es de 70 diputados independentistas y nos gustaría que los presupuestos pudieran salir adelante”, con los anticapitalistas, en quienes puso el foco tirando pese a todo de confianza.

Y es que ya hay experiencia de lo costoso que ha sido negociar con la CUP tanto en la época de Artur Mas como de Carles Puigdemont. De ahí que Torra no pueda poner la mano en el fuego de que todo saldrá bien. “Con la CUP empezaremos las negociaciones, y que tengamos suerte”, predijo. Y es que a la vuelta del curso político, al margen de la Diada y de la validación de las Cuentas, Torra expondrá una conferencia política que quiere aprovechar para marcar hitos unitarios al movimiento independentista a medio y largo plazo. De hecho, hace tiempo que habla de “crear un nuevo momento”, como lo fue el 1-O, para materializar la república catalana y poder “hacerla efectiva”. A juicio del president, podría haber distintos momentos que podrían servir al soberanismo para sus objetivos, recordando que arrancarán los juicios contra los políticos encausados, que depararán un desarrollo adverso. “Ya sabemos que serán juicios sin ninguna garantía de justicia y que ya sabemos como los resolvería Europa. Es una farsa el juicio en España”, puntualizó Torra. Se fija igualmente en que “es posible que una gran victoria de candidaturas republicanas en los ayuntamientos del país en las elecciones municipales”, lo que podría dar un impulso a la meta rupturista.

Por su parte, la delegada del Gobierno español en Catalunya, Teresa Cunillera, censuró que el Govern “menosprecie” el resultado de la Comisión Bilateral Generalitat-Estado. “Nosotros fuimos con papeles, números y nuestro trabajo hecho”, contradijo a la portavoz de Torra, Elsa Artadi.