Bilbao - Por boca de su parlamentario Unai Urruzuno, EH Bildu tendió ayer la mano a PSE y Elkarrekin Podemos para conseguir nuevos avances en la Ponencia de Autogobierno. Tras las divergencias mantenidas por estas dos últimas formaciones con el PNV en fechas recientes, en las que el presidente del EBB Andoni Ortuzar advirtió de que recorrerán el camino hacia la meta de la reforma del Estatuto “con o sin PSE y Podemos”, la coalición les emplazó a sumarse al acuerdo, aunque siempre bajo el objetivo de “superar el ciclo autonómico” para poder establecer “una nueva relación con el Estado”. De hecho, Urruzuno lanzó una advertencia parecida a la de Ortuzar. No permitirán que ni socialistas ni morados impongan “vetos” a la ponencia parlamentaria, mientras que tampoco romperán los acuerdos cosechados con los jeltzales, que fueron calificados de “históricos” por la propia formación.

Al igual que lo expuesto por Ortuzar un día antes al tender su mano para “acordar una nueva ruta con menos desnivel” para que PSE y Elkarrekin Podemos se sientan más cómodos, EH Bildu se mostró favorable a “modular” el discurso, e incluso modificar la metodología, para que se sumen al carro de la ponencia. Siempre, eso sí, si lo hacen en base a las “formas” y, en ningún modo, si se adhieren con el objetivo de modificar los contenidos pactados hasta la fecha. La coalición ha logrado acuerdos de calado con el PNV para trazar el nuevo Estatuto, como son el preámbulo, el título preliminar y, principalmente, el apartado competencial que abriría la puerta a que la Comunidad Autónoma Vasca disponga de la capacidad para regular referendos y pueda asumir competencias que aún no han sido transferidas, con la Seguridad Social y la política penitenciaria como transferencias predilectas. Si PSE y Elkarrekin Podemos pretenden modificar los contenidos, “todos tendríamos que plantearnos que el nuevo estatus debe responder a superar este modelo o este ciclo autonómico, que ha sido totalmente volátil, no garantista y en el que este pueblo, aunque pueda tomar una serie de decisiones, están al albur de que un tercero, en este caso, el Gobierno central, pueda respetarlos o no”, aseveró Urruzuno en una entrevista a la agencia Europa Press.

relación con el Estado Las coordenadas en las que debe darse el debate tiene que pasar necesariamente por “responder a una nueva relación con el Estado español”, remarcaron desde la formación liderada por Arnaldo Otegi. “Las cosas que hemos acordado con el PNV mayoritariamente responden a eso. No responden a un proyecto político nacional, sino a un planteamiento democrático”, sentenció un Urruzuno que aclaró que tanto socialistas como morados deben detallar de forma previa no solo sus condicionantes, sino hasta qué punto están dispuestos a llegar antes de que en otoño se encare el proceso definitorio -y en el que los partidos deberán ceder en sus posicionamientos para alcanzar un acuerdo transversal- con la redacción de un texto articulado. En caso contrario, dejarían bien a las claras a ojos de la sociedad vasca “que están manteniendo unas posiciones de veto para que este pueblo no tenga más capacidad de decisión”.

Conocida la posición de los partidos nacionalistas vascos de establecer una nueva relación con el Estado que asuma la bilateralidad como principal regla de juego, EH Bildu inquirió directamente a las dos formaciones de izquierdas sobre si finalmente darán ese paso o, por el contrario, no cederán en sus posicionamientos. “¿Podemos y el PSE están dispuestos a un esquema en el que el objetivo final sea ése?”, se cuestionó. “Nosotros, desde el inicio de la ponencia, lo que estamos reclamando por parte del PSE, pero principalmente por parte de Podemos, es que entren en la dinámica de discusión, de debate, y en la dinámica de poder acordar”, afirmó.

jugar en casa Urruzuno comparó gráficamente cuál es la situación en la que Elkarrekin Podemos y PSE se están manejando. Tanto, que echó mano de un símil futbolístico para explicarse y aseguró que “este partido de fútbol lo están jugando en otro campo, que no es ni San Mamés ni Anoeta ni Ipurua ni Mendizorro-tza, están jugando en un campo de fútbol español, y eso acarrea una serie de vértigos y de miedos que, en el último momento, les hace echarse para atrás”.

Es por ello que les emplazó a no ejercer de sucursales de formaciones estatales para comportarse con personalidad propia en la CAV y, de esa forma, dejar de lado los vetos. “La pregunta sería a ver si ahora, en otoño -cuando la ponencia encare su recta final-, Podemos y el PSE estarían dispuestos a entrar en una dinámica de debate o acuerdo o de no acuerdo, pero en una dinámica que supere la que han mantenido hasta ahora, que ha sido la de veto total”, sostuvo. Si ambos, junto al PP, mantienen “posiciones de salvaguarda de la Constitución española, no creo que haya mucho que rascar”, concluyó.