madrid - La Comisión Bilateral entre el Gobierno español y la Generalitat se reunirá por primera vez en siete años el próximo 1 de agosto y lo hará en Barcelona, pactando una fórmula algo ambigua para establecer el orden del día, y es que permitirá a los dirigentes catalanes expresar su punto de vista sobre la situación de los políticos soberanistas encarcelados, sobre los exiliados y el referéndum. Desde el Govern se exigía abordar estos temas para celebrar la cumbre y finalmente lo podrá hacer pese a que el documento no incluye ninguno de estos aspectos de forma explícita, por lo que no compromete al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La posición es similar a la que adoptó el presidente español ante su reunión con Quim Torra en la que se pudo “hablar de todo” pero esto no implicaba que el gabinete socialista estuviese dispuesto a negociar determinadas demandas, como la del derecho de autodeterminación. Ahora bien, algo ha cambiado, y es que a diferencia de ese instante, los dirigentes políticos presos ya han sido trasladados a centros de Catalunya. “La eficacia y la utilidad acostumbran a ser contradictorias con la precipitación. Nos quedan aún unas cuantas semanas para ver si el esfuerzo de la reunión Sánchez-Torra da frutos”, sentenció ayer el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano.
En la agenda el Ejecutivo de Sánchez ha introducido una llamada al Govern para que tome parte en las conversaciones que se mantienen en distintos foros con el resto de territorios del Estado. Esta cumbre incluye, entre otros, un informe sobre la relación de cooperación, los traspasos pendientes; un análisis de la conflictividad competencial ante el Constitucional; los compromisos económicos y fiscales; inversión en infraestructuras, transportes y la disposición adicional tercera del Estatut; el intercambio de información legislativa en el ámbito educativo y lingüístico; y la acción exterior de la Generalitat. - I. Santamaría