Vitoria - El nuevo delegado del Gobierno español en la CAV, Jesús Loza, confirmó ayer en la toma de posesión oficial de su cargo las expectativas depositadas sobre él en materia de política penitenciaria y convivencia y defendió un acercamiento “progresivo e individualizado” de los presos de ETA y de la kale borroka a cárceles de Euskadi, principalmente a la deAraba o a limítrofes.

A la espera de que los hechos y el tiempo confirmen las intenciones proclamadas ayer en el acto celebrado en Gasteiz, el representante institucional de Pedro Sánchez en suelo vasco ha empezado a dar forma a lo expresado hace una semana por el presidente español cuando dijo que hay que abordar esta cuestión con “una visión diferente” ahora que ETA se ha disuelto. Loza mantiene el discurso de su jefe y se muestra partidaria de una “reformulación” de la política penitenciaria.

A su juicio, “vencido el terrorismo y desaparecida la banda, tiene poco sentido” mantener la estrategia vigente enfocada desde la política antiterrorista. Por ello, considera necesario enmarcarla en la perspectiva de las políticas de “convivencia” que, además de respetar la legalidad vigente, contempla “medidas de apoyo y acompañamiento” a la reinserción social de los reclusos etarras.

Loza asume este reto con normalidad y considera que el acercamiento no supondría una “novedad”, ya que, según recordó, no sería la primera vez que se pone en práctica esta medida, en referencia a los acercamientos realizados por anteriores gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) o José María Aznar (PP). De todos modos, subrayó que también los propios presos tienen deberes por hacer y, en este sentido, recordó que la evolución de grados o régimen de los presos depende de los “avances individuales” que estén dispuestos a realizar.

En el paquete de medidas reinsertadoras, el delegado del Gobierno español en la CAV también incluye algún guiño a la vía Nanclares, una vía impulsada a finales de la década pasada y comienzos de esta durante el mandato de Zapatero que facilitó la reinserción de presos que previamente habían roto con ETA y su violencia. Una treintena de reclusos disidentes de la banda se adhirieron a esta fórmula que, entre otras iniciativas, puso en práctica los encuentros restaurativos dentro de la propia cárcel en la que se encontraban a (la mayoría en Zaballa) entre los internos y las víctimas de la banda o sus familiares.

Loza dará pasos en este sentido en la medida que los presos den pasos. “No se puede pretender que las víctimas tiendan puentes sin que los victimarios desanden caminos”, precisó el que fuera responsable del comisionado para la Convivencia del Gobierno vasco durante el mandato de Patxi López (2009-2012). Según señaló, el cambio de modelo que persigue debería “recuperar” los aspectos de la vía Nanclares y se debería basar en “el principio constitucional de la reinserción como objetivo”.

En un acto que contó con la presencia de numerosos dirigentes institucionales, políticos y policiales, así como de su predecesor en el cargo, Javier de Andrés, Loza destacó que las primeras medidas que está adoptando el Gobierno presidido por Pedro Sánchez “han devuelto la sonrisa” a muchos ciudadanos. Además, apeló al diálogo para hacer frente a los retos que ha de afrontar el Ejecutivo socialista y la propia sociedad vasca y la española.

Tras subrayar que esta es la primera toma de posesión de un delegado del Gobierno en la CAV que se produce tras la desaparición de ETA, y remarcar que se ha producido “sin contrapartidas”. Loza reconoció que aún quedan “asignaturas pendientes” en materia de convivencia y de memoria, puesto que todavía existen “rescoldos de odio y brasas de intolerancia” en Euskadi. Como ejemplo, citó el reciente “intento de homenaje” a los asesinos de Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez que se produjo en el barrio Judimendi de Gasteiz. Por ese motivo, se comprometió a “profundizar en la deslegitimación ética, social y política” del terrorismo, así como a proclamar “la ilegitimidad del uso de la violencia para conseguir objetivos políticos”.

Sobre el relato para el futuro de lo sucedido en el pasado, Loza considera que debe ser “veraz y honesto” y además debe establecer con claridad que hubo “víctimas y verdugos”. Por esa razón, criticó a quienes “pretenden esconder su responsabilidad detrás de un conflicto”.