MADRID - Los tres candidatos con escasas opciones de hacerse con la presidencia del PP buscaron ayer un hueco con sus propuestas. Todo ello, a la espera de que la Comisión Organizadora decida mañana si permite participar a un séptimo contendiente, José Luis Bayo, quien conocerá el lunes a las 14.00 horas si sus avales válidos son suficientes para plantar batalla y pasar el corte de los cien necesarios. El que mayor respaldo puede recabar de todos ellos, el exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconoció que parte con “desventaja” porque no tiene poder orgánico ni relaciones con las comunidades autónomas, y propuso debates sectoriales con los candidatos, aunque ya han sido descartados por el partido. “Propongo debates sobre cada uno de los temas con los candidatos que quieran, por ejemplo, sobre la situación en Cataluña, las pensiones, el empleo y las políticas familiares, con el objetivo de que los militantes puedan saber qué se les ofrece”, defendió.
El concejal en La Font de la Figuera (Valencia), Elio Cabanes, se presentó como un candidato “crítico” con la cúpula, y planteó la limitación de mandatos o “la inversión de la pirámide de congresos”. Además, reclamó una “oficina de garantía ética”, y avisó de que la corrupción “ha desmotivado a las bases totalmente”. “Nos ha hecho polvo a nivel emocional”, recalcó. - DNA