madrid - Pablo Casado se erige como la tercera vía entre los candidatos a presidir el PP y, lejos de amilanarse por la investigación que se cierne sobre su máster, ayer sacó la cabeza para advertir de que cualquier otro aspirante que le tome la delantera podría romper a la formación de Génova. “Mi candidatura es única y de integración y cualquier otra podría fracturar el partido”. Por su parte, María Dolores de Cospedal admitió que “dar la cara” por el PP cuando empezaron a saltar los casos de corrupción “perjudicó” su imagen, pero no se arrepiente “de nada” y está segura de que la militancia y la ciudadanía “prefiere a alguien que da la cara que a las personas que se esconden”. La tercera en discordia, aunque el orden es aleatorio, Soyara Sáenz de Santamaría, recordó que las encuestas que se han publicado en los últimos días la sitúan, junto al autodescartado Alberto Núñez Feijóo, como mejor aspirante para “recuperar” el Gobierno de España. Eso sí, matizó que si gana Cospedal la “ayudará” a que sea presidenta desde el “minuto cero” sin ningún puesto por medio en un intento de borrar la imagen de enfrentamiento que existe entre ellas.

Desde León, Casado explicó que su candidatura es de “integración”, “de las bases, de la militancia, quiere tocar al afiliado, hacer calle y la que la gente del PP tenga su casa”. Por eso su intención es recuperar a los votantes y militantes que en las pasadas elecciones se fueron a Ciudadanos, a Vox o que se abstuvieron. Unos argumentos que afianzó al aseverar que “este es un proyecto ganador y que va a ir hasta el final”. No obstante, reconoció que los ofrecimientos que ha habido de integración son buenos y que su candidatura está “abierta” para “garantizar la unidad, el cambio y la ilusión política”. Igualmente, Casado subrayó que los rumores sobre su máster no le influyen, ya que “los palos se saltan con trasparencia”. Cree que él ha “dado la cara” en todo momento y que tiene “las cosas claras y la conciencia tranquila” y que si hubiera algo que ocultar no se hubiera presentado. “No soy un caballo cojo y voy hasta el final a ganar”, zanjó.

Cospedal insistió en su argumentario sobre haber dado “la cara” y “defendido a mi partido de temas que no tenían que ver directamente conmigo porque es mi partido y porque los miles de militantes del PP que cada día se levantan a trabajar y a dar lo mejor, no se merecían que el PP estuviera manchado por las corruptelas o por los robos que hubieran podido hacer algunas personas vinculadas con nosotros en el pasado”. “Sé que ha perjudicado mi imagen -en alusión al diferido del caso Bárcenas-, lo sé muy bien, esto es un coste siempre pero no me arrepiento”, sentenció. “Una es como es, y yo soy como soy para lo bueno y para lo malo. No creo que sea negativo, pero eso tendrán que decirlo los afiliados”, apostilló, ofertando a los afiliados “hablar sin complejos” de lo que son y han sido los populares. “Ha habido mucha gente que se ha visto cohibida y avergonzada por algunos que han manchado las siglas”, concretó, sin descartar contar en el futuro con Casado y la propia Sáenz de Santamaría.

Ésta última se ve también como la baza para recuperar los votantes perdidos que se han ido a Ciudadanos. “Eso está ahí, en las encuestas, y creo que hay que valorarlo. Somos un partido de Gobierno y no se trata solo de ganar un congreso”, enfatizó, para resaltar que ella lo que quiere es que el PP “vuelva a Moncloa cuanto antes”. Por otro lado, el exministro de Asuntos Exteriores y también aspirante a presidir el PP, José Manuel García-Margallo, alertó de que la carrera por el liderazgo de su partido “es una discusión de ideas” y no un “Miss América” ni un “concurso de belleza”, avisando de que “sobra codicia personal y falta ambición de país”.

feijóo ve solo dos opciones En paralelo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, confía en que “habrá una selección natural” y serán dos o tres los candidatos a sustituir a Rajoy que lleguen al congreso de los días 20 y 21 de julio: “Sería un problema para nosotros llegar con el partido dividido en siete”, apuntó. “Creo que va a haber una selección natural cuando los votantes acudan a la urna. Ahí va a haber una selección natural y serán dos o tres como máximo y los compromisarios tendrán que decidir, si es que previamente no pactan (entre ellos)”, valoró. Aseguró que es “absolutamente incompatible” presidir el PP y la comunidad gallega, y matizó que si la posibilidad se produce en 2020 sería “todo un honor”.