Madrid - Al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le tocó capear ayer con las críticas del PP en la primera sesión se control en el Senado, donde los populares acusaron al socialismo de plantear concesiones a los presos para pagar al nacionalismo su apoyo a la moción de censura de Pedro Sánchez. Marlaska aclaró que no existe ninguna componenda y pidió al PP que no genere alarma porque fue un ministro popularel que más presos acercó a Euskadi, en alusión a Jaime Mayor Oreja y los contactos del Gobierno de Aznar con ETA en 1998. Además, también recordó al PP que fue el exministro Fernández Díaz quien reconoció que, una vez disuelta ETA, ya no tendría sentido el alejamiento de presos. En cuanto a las intenciones del Gobierno socialista, no ofreció demasiadas pistas y se ciñó al criterio de las medidas individuales y el respeto a las víctimas.
Grande-Marlaska, en la primera sesión de control al nuevo Gobierno en el Senado, respondió así al senador del PP José Pérez Lapazarán, quien mostró su preocupación por que Pedro Sánchez pueda acceder a ese acercamiento “como consecuencia de las concesiones a los nacionalistas vascos” a cambio de su apoyo a la moción de censura. El senador aseguró que con el Gobierno del PP no se acercaron presos ni se tuvo la tentación de negociar con ETA, lo que provocó las protestas de la bancada socialista y la respuesta del ministro. En concreto, sin citar nombres, dijo que un ministro del PP fue el que más presos acercó a Euskadi y que otro del mismo partido fue el que defendió que, si ETA se disolvía, no tendría sentido mantener la dispersión.
El actual ministro del Interior negó ninguna “componenda” por respeto al Estado de Derecho y por respeto a las víctimas, e insistió en que la respuesta será la aplicación del principio de legalidad de acuerdo con la Constitución, que determina que el objetivo de la política penitenciaria es la reinserción. Además, subrayó que se dará un tratamiento individualizado a cada caso y garantizó que no orillará la ley, pero tampoco a las víctimas del terrorismo. Dijo que la dispersión fue muy positiva, pero que “ahora la realidad es otra”. - DNA