bilbao - La delegación del Gobierno español es una figura muy controvertida en Euskadi, donde los partidos abertzales rechazan esta vigilancia por parte de Madrid en un territorio con un amplio autogobierno de raíz foral y en un modelo descentralizado. Durante el mandato de Mariano Rajoy se produjo la mayor crisis para la imagen de este cargo, sobre todo durante la etapa de Carlos Urquijo, quien tensionó hasta el límite las relaciones institucionales y lanzó una ofensiva judicial sin precedentes para colocar la bandera española en los ayuntamientos y censurar la política lingüística en las administraciones públicas. Cuando Rajoy perdió la mayoría absoluta, le siguió Javier de Andrés, con un perfil más amable, pero el enfrentamiento no se desactivó por completo aunque disminuyera la conflictividad por la necesidad de apoyos del PP en Madrid. Tras la llegada del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez ha buscado un perfil diferente y ha escogido a un socialista claramente identificado con el campo de la memoria y la convivencia, y que parece llamado a normalizar las relaciones: Jesús Loza, el Comisionado para la Convivencia en el Ejecutivo vasco de Patxi López.

Loza (Gasteiz, 1952) fue designado en el gabinete de López poco después de que ETA decretara el fin definitivo de la violencia en 2011. El socialista, médico de profesión y con una dilatada trayectoria institucional a sus espaldas sin haber provocado grandes fobias en su carrera, procede del ámbito de las víctimas y es patrono de la Fundación Fernando Buesa. Ese dato le hace poco sospechoso de plantear contrapartidas a ETA cuando defiende posiciones flexibles sobre la política penitenciaria y la reinserción.

Fue uno de los defensores de la vía Nanclares para impulsar la reinserción de los disidentes de ETA sobre la base de la autocrítica, y también defendió los encuentros restaurativos entre víctimas y reclusos, dinámicas que quedaron congeladas con la llegada de Rajoy a la presidencia española. Además, es miembro del Consejo de Dirección de Gogora. Ayer recibió la noticia de su nombramiento con “humildad” y con la intención de hacer del “diálogo” su seña de identidad. También apostó por la colaboración con el Ejecutivo de Gasteiz, y sus compañeros de partido destacaron de él su apuesta por normalizar las relaciones. Su nombramiento se hará oficial hoy en Consejo de Ministros. Relevará a Javier de Andrés.

En sentido estricto, la paz y la convivencia no serán el negociado de Loza en su cargo al frente de la Delegación del Gobierno español, un desempeño más vinculado a cuestiones de seguridad y a la relación con los cuerpos policiales estatales en suelo vasco. No obstante, su sensibilidad en materia de convivencia marca un perfil diferente al de sus antecesores. Su llegada al cargo se produce, además, en un momento dulce en las relaciones entre el PNV y los socialistas, que gobiernan en coalición en la comunidad autónoma y están llamados a tener una relación de socios preferentes en Madrid por el apoyo a la moción de censura de Pedro Sánchez. En ese contexto, se espera un mandato menos litigante y sin conflictos de competencias entre ambos ejecutivos.

La delegación sigue el circuito de lo contencioso-administrativo para interponer recursos en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (ocurrió con el recurso contra las OPE de la Ertzaintza para renovar su plantilla), mientras que el Gobierno español litiga ante el Tribunal Constitucional para oponerse a leyes vascas que cree que vulneran sus competencias. En ese caso, las negociaciones se producen entre el consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, y el ministerio encargado de la relación con otras administraciones. En la actualidad, el cargo lo ocupa Meritxell Batet.

Loza, por otro lado, comparte la necesidad de reconocer a las víctimas de abusos policiales. La ley que abarca desde 1978 hasta 1999 está suspendida y estudiándose en el Tribunal Constitucional. Es competencia, por tanto, del ministerio y no de la delegación, pero tampoco hay margen de maniobra porque, una vez que la justicia admite el caso a trámite, no se puede dar marcha atrás.

fuerzas de seguridad El tercer debate que ha estado sobre la mesa de la institución en los últimos años ha sido la readecuación del número de efectivos de las fuerzas de seguridad estatales desplegados en la comunidad autónoma. Entre Guardia Civil y Policía española, suman más de 4.000 agentes con ETA ya disuelta. En paralelo, el Gobierno Vasco pide el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y el traspaso de todas las competencias pendientes, con las prisiones y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social como prioridad. Es una cuestión que el consejero Erkoreka abordará personalmente con la ministra Batet, aunque las declaraciones del delegado de turno suelen dar una pista del sentir de Madrid. De Andrés ha matizado el alcance de esas dos competencias durante su mandato y ha dejado ver sus recelos.

El lehendakari ohia Patxi López, por su parte, consideró ayer un “absoluto acierto” la elección de Loza por su carácter “dialogante”, y vaticinó que la relación entre el Estado y la administración autonómica va a discurrir desde la “normalidad, la búsqueda de acuerdos y el entendimiento”. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) recibió también con buenas palabras el nombramiento de Loza porque “siempre ha evidenciado” su compromiso con las víctimas, pero matizó que en la asociación se mantendrán a la expectativa de la posición que pueda tener en debates como la política penitenciaria, según aclaró a Europa Press.

Loza comenzó su carrera como concejal en Gasteiz en 1983, para después dar el salto a la Diputación de Álava como responsable de Bienestar Social. También fue viceconsejero de Asuntos Sociales en el Gobierno vasco hasta 1998, durante el mandato del lehendakari Ardanza y en el marco de los gobiernos de coalición entre PNV y PSE. Un año después, se presentó a las elecciones para optar a la alcaldía de Gasteiz, y en 2001 obtuvo un escaño en el Parlamento Vasco que mantuvo hasta convertirse en Comisionado de Convivencia. Hasta recibir la llamada de Sánchez, se ha dedicado a la medicina en el Hospital de Txagorritxu de Gasteiz.

arasti en navarra Por otro lado, en Navarra, el actual miembro de la Ejecutiva del PSN José Luis Arasti va a sustituir a la polémica Carmen Alba. Se ha despedido del cargo orgullosa de que “Navarra siga siendo España”.