GASTEIZ - El Gobierno Vasco está refrescando su agenda tras el cambio político en el Estado y la llegada del gabinete socialista a la Moncloa. El portavoz Josu Erkoreka entabló el lunes un primer contacto con la ministra Meritxell Batet, la encargada de asumir las negociaciones con las comunidades autónomas y los traspasos competenciales, una tarea en la que, hasta ahora, estaba al otro lado de la mesa la popular Soraya Sáenz de Santamaría. Erkoreka puso a Batet al corriente de algunas cuestiones pendientes, como el traspaso de dos líneas de ferrocarril ordenado por el Tribunal Constitucional, el requerimiento de Rajoy contra los Presupuestos vascos y, sobre todo, la reivindicación de las 37 competencias pendientes que recoge el Estatuto de Gernika.

El Gobierno Vasco espera una mayor sensibilidad en el gabinete socialista porque el propio PSE gobierna en coalición con el PNV en la comunidad autónoma con un pacto que apuesta por cumplir íntegramente el Estatuto, y que fija como prioritarios el traspaso de las prisiones y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. En ese contexto, Erkoreka pidió a Batet un “impulso político” que haga posible, al menos, el traspaso de esas dos competencias en lo que queda de legislatura en Madrid. La duración del mandato de Sánchez es toda una incógnita porque no ha aclarado la fecha de las elecciones. No obstante, la puesta en marcha de un gobierno con expertos y personalidades solventes parece insinuar su intención de alargar el mandato. La posibilidad de apurar hasta 2020 dependerá de lo difícil que se lo ponga la oposición y, sobre todo, sus socios de Unidos Podemos.

Erkoreka y Batet se reunirán próximamente para abordar estas reivindicaciones. El consejero de Autogobierno se mostró convencido de que es posible encauzar las dos competencias prioritarias con “voluntad política”. “Si nos sentamos y las dos partes le imprimimos un impulso político, se podrá hacer”, alentó.

La prioridad de Sánchez es la agenda social por convicción propia y porque necesita lanzar guiños a su electorado y a su principal socio, Unidos Podemos. En cualquier caso, también ha lanzado algunas señales a los soberanistas catalanes (ha levantado el control previo sobre sus finanzas, y les propone recuperar las 16 leyes vetadas por el Tribunal Constitucional, 45 demandas que le planteó Puigdemont a Rajoy, y algunos aspectos del Estatut). En el caso del Gobierno vasco, Sánchez ha proclamado al PNV como socio preferente y espera encauzar las demandas más urgentes, aunque desde el entorno socialista invocan el principio de realismo por el escaso margen temporal que tendrá el presidente y para que los jeltzales no le pidan más que a Rajoy.