EL ambiente festivo fue la tónica dominante de las carreteras por las que atravesó la cadena humana de Gure Esku Dago y, después, las zonas festivas que se organizaron en las tres capitales de la CAV y en muchos municipios.

La mañana comenzó pronto y con un gesto natural: mirar al cielo. Tras días de previsiones que amenazaban con alargar el sayo, los más de 100.000 participantes de la cadena humana echaron mano de los paraguas pero el sol terminó de convencer a los indecisos. Así, rebosaron sobre todo las carreteras urbanas, a diferencia de los tramos interurbanos que costó más llenar.

Fue el caso de Donostia, que amaneció como cualquier otra mañana soleada de primavera. A falta de más de una hora para que se compusiera la cadena humana, sin embargo, bailes en la plaza Vinuesa, las melodías de la charanga Do Ta Ke con el exdiputado general Martin Garitano a la trompeta en la calle Matia o puestos con material de Gure Esku Dago a la venta anticipaban un día diferente.

Las escenas se repetían a lo largo de los 200 kilómetros. Durante la espera, que se pudo seguir por la retransmisión en directo que ofreció GED, se vio charlar al alcalde de la capital alavesa, Gorka Urtaran, con la portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte. A partir de las 11.30 horas, miles de personas se pusieron en formación a la espera de que diera el mediodía y quedara compuesta una cadena que incorporaba a las tres capitales como escenarios inéditos. Arrancó Paulo Muñoz en la capital donostiarra, donde participó el diputado de ERC Gabriel Rufián, con una camiseta negra con una inscripción: 1.10.2017, fecha de la consulta.

Hubo más rostros célebres como el del cantautor Mikel Urdangarin, la cantante Zuriñe Hidalgo, o los presentadores Andoni Aizpuru y Kike Amonarriz en una cadena protagonizada por gente anónima. Imágenes de una geografía cuya única amenaza ayer era la lluvia. Para cuando cayeron las tormentas, muchos ya se habían refugiado en las carpas y los bares.