MADRID - Pedro Sánchez esbozó un programa de “estabilidad” en cuatro ejes: institucional, económica, social y territorial y reiteró que será un Gobierno, el suyo con aparentemente solo 84 diputados, que “cumplirá y hará cumplir la Constitución” y que “hará del diálogo su forma de hacer política”, tanto con todas las formaciones políticas como con todas las comunidades autónomas. Un Ejecutivo “socialista, paritario, europeísta, garante de la estabilidad presupuestaria y económica, y cumplidor con sus deberes europeos”, con el objetivo de “reconstruir” los consensos “rotos” en el marco del Pacto de Toledo para garantizar el Estado del bienestar e impulsar “urgencias sociales” como una ley de igualdad salarial que asegure la igualdad de género en el empleo. Una “regeneración democrática” que recupere el carácter universal de la sanidad pública, devolviendo a las personas que viven en el Estado la atención sanitaria de la que fueron excluidos en 2012, y reconociendo los derechos de más de 300.000 personas que no reciben ningún servicio o prestación del sistema de dependencia. A ello se uniría derogar los aspectos más regresivos de la llamada Ley Mordaza.

Fue el argumento programático que desbrozó antes de ofrecer diálogo político a Catalunya y a su president Quim Torra para superar el conflicto de los últimos años, así como al lehendakari Urkullu por los gestos realizados para desatascar la situación catalana, al tiempo que prometía al PNV mantener los Presupuestos aprobados asegurándole así las partidas pactadas con el gabinete de Mariano Rajoy,

Sánchez defendió que los votos independentistas son “legítimos” para ganar la moción, y ofreció al líder del PP que dimita si quiere evitar que la moción de censura salga adelante. “Dimita ahora y todo terminará. Su tiempo acabó. Dimita y esta moción de censura habrá acabado aquí y ahora”, dijo, y añadió: “Si tanto quiere a su país, si tanto le interesa y le importa la estabilidad económica y democrática, dé un paso al frente, pida perdón y hoy aquí en esta Cámara, antes de que encuentre la censura del Congreso de los Diputados, dimita como presidente del Gobierno”. “Si lo hace, esta moción de censura habrá terminado y usted habrá asumido su responsabilidad política y, por tanto, se podrá abrir una nueva etapa en la política española”, remarcó.

Dispuesto a estudiar un modelo de Estado plurinacional, y tras emplear por la mañana un tono más vehemente y, por la tarde, más mesurado, el líder socialista reivindicó la vigencia de la Constitución y “la lealtad al Estado por encima de todo”, dejando claro que, si gobierna, “ni peligra la estabilidad económica del país ni la territorial”.

Censura, estabilidad y urnas, volvió a repetir. “Hay que dar estabilidad a las instituciones y, una vez logrado, convocar elecciones para que los ciudadanos elijan el rumbo del país”. Eso sí, no fijó fecha electoral, algo que pudo resultar del agrado de muchos. Primero, porque a Ciudadanos le interesaría que sean cuanto antes, mientras que ni al PNV, ni a los independentistas catalanes les mueve en estos momentos que se convoquen comicios pronto por miedo a que la formación naranja las ganara.

Respecto a la sentencia del caso Gürtel, destacó que no admitiría mucho más que la salida inmediata del presidente del gobierno “en cualquier democracia de nuestro entorno”, ahondó. “Por el bien del país, de la democracia y de su propio partido, señor Rajoy, usted debería haber dimitido”, le espetó.