MADRID - Por inverosímil que pudiera parecer, la amplia lista de tramas de corrupción que salpican judicialmente al PP también provocan bajas en el seno de la judicatura. Sí, al menos, para el magistrado Juan Pablo González, que ayer fue apartado de los tribunales que juzgan el caso Bárcenas y otras tres piezas separadas de la red Gürtel, entre las que se incluye la que instruye la visita del Papa a Valencia en 2006. El argumento esgrimido por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para su recusación es su afinidad con el Partido Popular, una circunstancia que lejos de ser un caso aislado, no es para nada novedosa. Ha afectado anteriormente a los jueces Concepción Espejel y Enrique López.
En una votación reñida -9 votos contra 8-, la sala de la Audiencia Nacional apartó a un magistrado que, nada más llegar a su puesto sustituyendo al magistrado Javier Gómez Bermúdez en 2015, levantó ciertas suspicacias. No obstante, las alarmas se encendieron cuando se supo de las nuevas normas de reparto para composición de las secciones -y por consiguiente los nombramientos de ponentes- de algunos casos, como el del tribunal que se encargaría del caso Barcenas, la caja B de la formación popular. IU, PSOE y algunas asociaciones como la asociación de Abogados Demócratas por Europa (Adade) y la asociación Observatori de Drets Humans (DESC) plantearon de inmediato la recusación por su relación con el PP.
Similar postura adoptó la Fiscalía Anticorrupción, que el pasado enero reclamó apartarlo por haber “perdido la apariencia de imparcialidad” en casos que afectaban a un PP que aparece como responsable civil en las causas. El resultado es que González ha quedado desactivado después de que el pleno de la Sala de lo Penal escuchara las ponencias encargadas a los jueces Manuela Fernández de Prado, Teresa Palacios, Eduardo Gutiérrez y Carmen Paloma González, que se encargaron de analizar cada caso.
Sus compañeros en la Audiencia Nacional determinaron que el magistrado podría haber incurrido en una de las causas necesarias para apartarle de juzgar dichas piezas. Más concretamente, por la “amistad íntima con cualquiera de las partes e interés directo o indirecto en el pleito o causa”. Es por ello que atendieron a las acusaciones por su relación con el PP, así como que fuera propuesto como vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por el mismo partido. Lo que más chirrió, por el contrario, fue su vinculación con la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), de la que ejerció como conferenciante hasta en cuatro ocasiones. No en vano, y aunque desligado del Partido Popular desde 2017, el think-tank presidido por el expresidente José María Aznar confirmó a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que González participó en dos de sus seminarios en 2003, otro en 2004 y un último en 2005. Y que cobró por ello en los dos últimos años.
La recusación de González motivará que sea otro magistrado de la Audiencia Nacional quien se integre en el tribunal que dictará sentencia sobre uno de los presuntos casos de corrupción que más han debilitado al PP ante la opinión pública estatal. Se trata del caso Bárcenas, que estalló en 2013 pero en sucesivos capítulos ha ido apuntando hacia presuntos cobros irregulares de los principales espadas de la formación popular, incluso amenazando al mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy -señalado como “M. Rajoy” en las archifamosas anotaciones del extesorero-, aunque no haya sido imputado. En lo que se refiere a las piezas separadas de Gürtel, el magistrado apartado queda fuera de los presuntos sobrecostes de la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006, la adjudicación de contratos irregulares en el Ayuntamiento de Jerez y en AENA, el organismo estatal que gestiona los aeropuertos. Todos ellos están aún pendientes de señalar.
De larga trayectoria en la judicatura, cabe resaltar que González conoce perfectamente Euskadi. Ingresó en la carrera judicial en 1989 para, cuatro años después, pisar la CAV por vez primera. Primero como titular del Juzgado de Primera Instancia nº 12 de Bilbao, tras el que en apenas un año fue nombrado como miembro electo de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). Elegido como juez decano y vocal del Consejo General del Poder Judicial en la CAV, su relación fue tormentosa con el Gobierno Vasco presidido por el lehendakari Juan José Ibarretxe, al que González acusó en 2005 de buscar “los votos manchados de sangre de ETA” o ser ”connivente” con el terrorismo. Tras años de polémicas por la ilegalización de ANV o el caso Atutxa, el Ejecutivo vasco presentó una queja formal ante el CGPJ. No fue atendida.
dos casos más La recusación de magistrados de la Audiencia Nacional por su relación con el PP no es nueva. De hecho, acumula otras dos víctimas en similares condiciones: Concepción Espejel y Enrique López, también en relación al juicio a la primera época de la Gürtel y también al de los papeles de Bárcenas. Los argumentos son idénticos al tercer y último caso de ayer: la afinidad al Partido Popular. La Audiencia Nacional admitió apartarlos del tribunal que juzgará la pieza del caso Gürtel abierta por la visita del Papa a Valencia, los papeles de Bárcenas, el caso del Ayuntamiento de Jerez y Aena. Los mismos de los que ayer cayó González.
Próxima a la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, Espejel fue convocada para formar parte del CGPJ por instancia de la formación popular. En su caso, fueron las denuncias de un colectivo de abogados, junto al preceptivo visto bueno de la Fiscalía, las que le hicieron perder su puesto en el tribunal. Ello no fue óbice para que en 2017 fuera nombrada como nueva presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por su parte, López fue aupado hasta tres ocasiones a altos cargos del sistema judicial también por el PP, además de haber participado en encuentro de la fundación FAES. - DNA