MADRID - “Cristina Cifuentes ha hecho lo que tenía que hacer y lo que era obligado en esta situación”. Esa fue la reacción de Mariano Rajoy el pasado miércoles tras a la dimisión de la presidenta de Madrid. El líder del PP, además, manifestó que esperaba que su formación abra ahora “una nueva etapa”. Y la nueva etapa se inició ayer cuando Cifuentes presentó su “renuncia irrevocable” a la presidencia del partido en la comunidad madrileña. Así se lo trasladó a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal -principal valedora de Cifuentes en las últimas semanas-, que la víspera había asegurado que la disponibilidad de la expresidenta madrileña para dejar el liderazgo regional del PP era “absoluta”.

En la carta de renuncia Cifuentes afirmaba que se trata de una decisión “muy dolorosa” porque lleva militando la mitad de su vida en el partido, pero la toma para “no perjudicar” a la formación de Génova. De momento el sustituto provisional al frente del partido es Ángel Garrido, que ha asumido también la presidencia interina de la comunidad hasta que la Asamblea regional acoja un nuevo pleno de investidura en un plazo máximo de 22 días. El actual equipo de Gobierno quedará en funciones hasta entonces.

Cifuentes, sin embargo, mantiene su escaño autonómico. Según el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, es “muy lógico y entendible” que conserve su acta de diputada porque “ganó su escaño” en las elecciones y ni está imputada ni procesada, por lo que también es algo “legítimo y normal”. Sin embargo, fuentes de la dirección estatal admitieron ayer que la imagen diaria de Cifuentes en la Asamblea de Madrid puede hacer “mucho daño” al partido, cuando queda poco más de un año para las elecciones autonómicas y hay que recomponer la organización.

Así, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, fue más allá el pasado jueves al apuntar que Cifuentes, incluso, “debería ir dejando su presencia en la política”. Tras poner en valor su “extraordinaria gestión” en la Comunidad, Hernando apuntó que lo que le ha sucedido a Cifuentes es “humillante y degradante” e insistió en que sería “bueno” que en estos momentos “se retire un poco del foco mediático”.

Gestora y candidato Lo cierto es que, según afirmaron ayer estas mismas fuentes, se abre ahora un periodo de reflexión para tomar las decisiones que hacen falta en Madrid. La más inmediata es la de elegir candidato a la investidura, y Génova tiene que elegir entre los diputados del grupo parlamentario en la Asamblea. Después vendrán las decisiones pensando a medio y largo plazo, empezando por el liderazgo del partido y la candidatura para las elecciones autonómicas del próximo año.

En Génova admiten que entre las opciones que tiene el partido para resolver esta situación se inclinan más por la gestora, que daría a la dirección estatal el control absoluto sobre la organización territorial. De esta forma, se podría hacer borrón y cuenta nueva bajo la batuta de la cúpula popular y preparar el partido para un nuevo liderazgo y un candidato que asumirá en un año un reto muy complicado, a la vista de las encuestas: conservar el gobierno autonómico.

Según los estatutos del partido, la formación de la gestora debe ser aprobada por el Comité Ejecutivo Nacional y fuentes populares aseguran que aún no hay fecha prevista para una reunión de este órgano.

imputación por el máster En este contexto, el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid ha abierto diligencias para investigar un presunto delito de falsedad documental en el máster de Cifuentes en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y ha citado a declarar como investigado a Enrique Álvarez Conde, director del supuesto máster realizado por la expresidenta madrileña. La judicatura ha admitido a trámite la querella por un delito de falsedad documental presentada por Ángela Figueruelo, una de las profesoras cuya firma supuestamente habría sido falsificada en un acta. - DNA