BAIONA - A menos de dos semanas de lo que se supone será la disolución o desmovilización de ETA, la banda dio ayer un paso más hacia el adiós definitivo a casi seis décadas de trayectoria al entregar a las autoridades francesas -a través de los denominados Artesanos de la paz- dos cajas con armas y material explosivo. Al igual que lo sucedido el 8 de abril de 2017, el considerado Día del Desarme, la banda entregó ayer a los Artesanos de la Paz las coordenadas donde se ubicaban las cajas con armas en Baiona. Las autoridades policiales y judiciales galas se hicieron cargo del contenido de los dos recipientes, que, según señalaron fuentes próximas a la investigación, contenían 24 armas cortas, munición diversa de 9 mm y 38 SP, cordón detonante de 20 metros, alrededor de 500 detonadores electrónicos, dos temporizadores, 200 placas de matrículas y material para el robo de vehículos. Las autoridades galas, sin embargo, aseguraron que necesitarán varios días para analizar de una manera pormenorizada el material entregado.

La última entrega significativa de armas que llevó a cabo ETA tuvo lugar en abril de 2017, cuando facilitó a las autoridades francesas, la localización de ocho depósitos con alrededor de 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivo y varios miles de municiones y detonadores. Al igual que ayer, la banda entregó a los Artesanos de la paz la ubicación exacta de los ocho zulos. Entonces, los miembros de la sociedad civil de Iparralde trasladaron la información a la Comisión Internacional de Verificación (CIV) liderada por Ram Manikkalingam, que fue la que finalmente detalló la ubicación de los zulos tanto a la Prefectura como al Juzgado de Baiona.

Desde esa fecha -8 de abril de 2017- han aparecido en otras dos ocasiones armas de la banda, pero de menor entidad. Se trata de una granada entregada en Baiona hace dos meses y una mochila que encontró un caminante el 31 de diciembre pasado en la localidad de Tosse.

Material perdido Según aseguró ayer a Europa Press Txetx Etcheverry, miembro de Artesanos de la paz y uno de los detenidos por la policía gala en Luhoso en diciembre de 2016, lo entregado ahora por ETA son armas y explosivos que se encontraban “perdidos” y no habían podido recuperar para el 8 de abril de 2017.

Etcheverry afirmó que, desde entonces, los Artesanos de la paz gestionan un proceso de “restitucion” y entrega de la geolocalización del material, “no muy cuantioso”, a las autoridades francesas. Hay que señalar que fue el propio Etcheverry quien hace un año entregó una carpeta con la documentación de la localización de los zulos y el inventario de las armas a Manikkalingam en el Ayuntamiento de Baiona.

Según desveló ayer el representaante de la sociedad civil de Iparralde, aquella jornada ETA facilitó las coordenadas de todas las armas “que tenía bajo control”, es decir, las que conocía dónde se encontraban. De esta forma, tras el Día del desarme, los artesanos facilitaron a las autoridades galas un informe “muy detallado” de las armas y explosivos entregados, que había elaborado la banda, y en el que reconocía que había material que se encontraba “perdido”. Según Etcheverry, la banda explicó que en los últimos años de su actividad habían dejado de tener controlada la ubicación de ciertas armas y explosivos, y ante la posibilidad de ser detenidos, no habían podido localizarlas para el 8 de abril de 2017. Además, desveló que ETA se había comprometido con ellos “a localizar el material perdido”, y aseguró que, en la actualidad, se ha realizado esa investigación y está procediendo al proceso de “restitución”, gestionado en todo momento por los ‘artesanos de la paz’.

Cabe pensar que este material entregado ahora por ETA, en especial las armas, está limpio, esto es, no se trata de armas con las que se puedan esclarecer los 300 asesinatos de la banda y, con ello, enjuiciar a sus responsables.

Voluntarios civiles Hace un año, el Día del Desarme, 1722 voluntarios civiles se encargaron de custodiar los zulos hasta que las autoridades galas se hicieron cargo del armamento allí almacenado. En total, se decomisaron 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos y varios miles de municiones y detonadores. Esa fue la cifra que dejó el desarme. Los inventarios de armas encontrados en cada uno de los ocho zulos -fechados en 2015 y 2016- detallaban el contenido de los arsenales que ETA entregó a las autoridades francesas, enumerando de manera detallada las marcas, los modelos, el número de armas y la cantidad de explosivos y productos químicos como amonal, ácido sulfúrico, nitrometano o polvo de aluminio.

A expensas de lo que vaya a suceder ahora con este material entregado ayer, el círculo de las armas de ETA comenzó a cerrarse el 5 y 6 de febrero de este año 2018 cuando las autoridades galas entregaron a España más de 300 armas, que serán objeto de estudios balísticos para cotejarlas con atentados sin esclarecer cometidos en el Estado español. Entonces, y en medio de impresionantes medidas de seguridad, dos camiones trasladaron el material.