El Gobierno español quiere romper la aritmética parlamentaria en Catalunya que favorecía al independentismo. Mariano Rajoy reaccionó con rapidez ayer anunciando que emprenderá “acciones legales” ante la decisión de la Mesa del Parlament de Catalunya de autorizar la delegación del voto en la investidura del exconseller y diputado de ERC Antoni Comín, exiliado en Bélgica. El presidente español reclamó que se recupere la “cordura” y la normalidad “política y social” con la investidura de un president que esté “habilitado para gobernar” después de que Junts per Catalunya validara su intención de aprobar la reforma de la Ley de Presidència para permitir una investidura a distancia de Carles Puigdemont en el pleno que la Cámara catalana celebrará el jueves 3 de mayo. ERC y la CUP apoyarán los cambios en esta ley, que impulsa el grupo de Puigdemont, para poder elegir a un Jefe de Govern aunque no esté físicamente presente en el debate de investidura.
Con todo, la votación de la reforma de esta ley por el procedimiento de urgencia aún no está asegurada. Los grupos están pendientes de un dictamen del Consell de Garanties Estatutàries, a petición del PSC y Ciutadans, para que aclare si se ajusta al Estatut, algo que debe plasmar en 48 horas y que tampoco es vinculante. Después se abrirá un periodo de enmiendas. Si todo el proceso se completa a tiempo, la reforma de la ley se llevará al pleno del día 3. En caso de que se retrase, los grupos independentistas postergarán su votación.
En este contexto, la delegación de voto de Comín recaerá en Sergi Sabrià, lo que permitirá que el bloque secesionista ejecute una investidura efectiva en segunda vuelta sin la necesidad de los votos afirmativos de la CUP. Ahí es donde quiere entrar el Ejecutivo del PP para que el independentismo, al menos, se vea obligado a tener el apoyo de los anticapitalistas. JxCat y ERC sumarían 66 escaños, lo que valdría para investir en segunda votación por mayoría simple si la CUP mantiene, tal y como dijo, sus cuatro abstenciones “por solidaridad antirrepresiva”. No obstante, si el candidato fuera Puigdemont los antisistema concederían un voto afirmativo en la primera votación sin tener que entrar a debatir el programa hasta que el líder de JxCat fuera el president. En el pleno de hoy Comín podrá votar ya a través del portavoz de su partido, aunque contra el acuerdo de la Mesa caben peticiones de reconsideración y recursos del Gobierno popular.
réplica de jxcat Ante las advertencias de Rajoy, la portavoz adjunta de JxCat, Gemma Geis, y el diputado de dicho grupo y vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, respondieron con contundencia. “No nos resultan extrañas sus declaraciones de amenaza. Esa cantinela de la impugnación de voto ya la hemos escuchado antes”, manifestó Geis. Costa mostró igualmente su “confianza” en que “todo lo que hacemos lo estamos haciendo bien, los trámites son los correctos y están bien fundamentados”. En caso de ser impugnada esa delegación de voto ante la justicia, Costa dejó claro que defenderán su “legalidad” y “fidelidad a la representación de este Parlament” para plasmar el resultado de las elecciones en el hemiciclo, un “valor que está por encima de todos los demás en democracia”.