Baiona - ¿Cómo recuerda aquellas semanas previas al 8 de abril de 2017?

-De gran tensión humana. Había tantas cosas por hacer, con tanta gente que hablar en tan poco tiempo, que era humanamente complicado. Estábamos en la incertidumbre permanente. Ahora que ha pasado vemos con claridad qué era cierto y qué no, pero entonces teníamos que interpretarlo todo: si las informaciones oficiales eran ciertas o trampa, si otras informaciones que escuchábamos eran verdaderas? Había que elegir en el momento, había que apostar, y no podíamos fallar. Todo fue bien y eso significa que el colectivo, no solo nosotros, fue decidiendo bien. Aquellas semanas conocimos a mucha gente con la que no solíamos hablar, sobre todo de Hegoalde; tuvimos mucho apoyo, también electos, daba igual de izquierda o derecha, abertzale o no, el lehendakari Jean-René Etchegaray, los apoyos de los sindicatos y de los parlamentos de Nafarroa y la CAV, salvo el PP? Todo esto influyó para que saliera bien.

Existió el rumor de que las policías podían llevar a cabo una operación previa al 8-A. ¿Qué fue lo más difícil?

-Explicarnos bien. Teníamos muy claro que gente como Mixel Berhokoirigoin, Michel Tubiana? queríamos un acto de paz y por la paz, con mucho respeto a las víctimas. Había rumores de que iba a hablar alguien de ETA, que aquello iba a ser una fiesta? y no, nosotros desde el principio habíamos pensado en un acto muy sobrio, muy respetuoso y con un contenido muy compartido. El manifiesto en cuatro idiomas lo habíamos dado a leer a las fuerzas políticas, también de Hegoalde, que cada uno supiera lo que se iba a leer. También pusimos en el Museo Vasco una sala como cabina de pilotaje político. Allí hubo gente de Podemos, del PNV? que pudieron comprobar todo lo que pasaba aquel día. Hasta el comunicado de balance del día lo redactamos allí.

¿Temieron aquellas semanas que todo se pudiera ir al traste?

-Algunos nos decían que fracasaríamos, que seríamos detenidos, que la Policía ya lo controlaba todo? Lo veíamos con cierta serenidad. Si la Policía desmantelaba los zulos, se acababa una situación de peligro. Nosotros, poco a poco, teníamos bastantes certidumbres de que el Gobierno francés quería que pasara de una manera. Trabajamos con mucha seriedad y garantías de que saldría bien, poniendo medios importantes para ello, y con el apoyo de mucha gente de todos los espectros salió bien. Días antes estábamos con la duda de quién tendría razón, pero decidimos confiar en nuestra relación con las autoridades francesas y todo pasó como lo habíamos previsto. - J. Arretxe