madrid - “Un golpe duro”. Así reconoció ayer el exconseller de Presidencia y candidato a president de la Generalitat, Jordi Turull, lo que le supuso pasar en menos de 24 horas de “presidenciable a presidiario”, al ser encarcelado al día siguiente de su fallida investidura como Jefe del Govern, aunque sus convicciones están “más fuertes” ante “tanta injusticia”. Así lo atestigua en su cuenta oficial de Twitter Turull, que ayer recibió la visita de su esposa y sus hijas en la cárcel madrileña de Estremera, donde reingresó el pasado 23 de marzo por orden del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, tras procesarle por rebelión y malversación. “Hace una semana pasada pasé en menos de 24 horas de presidenciable a presidiario”, recuerda el dirigente soberanista, que el jueves 22 de marzo se había sometió en el Parlament a la primera sesión de su investidura, que no fructificó porque la CUP no se movió de su abstención y evitó que obtuviera la mayoría absoluta requerida en la primera votación.

Al día siguiente, Turull compareció en el Supremo ante Llarena, que acordó enviarle a prisión preventiva tras procesarle por rebelión y malversación en el marco de la causa sobre el procés. “Un golpe duro, pero mis convicciones están más fuertes ante tanta injusticia”, exclama en su tuit, en el que incorpora una etiqueta emotiva con el lema “mi cuerpo en la cárcel, mi corazón en Catalunya”.

En este contexto, el diputado de JxCat y secretario de la Mesa del Parlament Eusebi Campdepadrós visitó ayer a los presos soberanistas en Estremera y aseguró que no permitirán que “su compromiso y sacrificio, junto con los del exilio caiga en el olvido”. “En medio de la nada, de la infamia, he visto a cinco hombres buenos, dignos y sobre todo valientes”, reseña. “Jordi, Josep, Oriol, Quim y Raül. La lucha continúa”, reivindicó Campdepadrós.