madrid - Apenas duró una hora, pero fue realmente intensa. La comparecencia del gerente de Ciudadanos, Carlos Cuadrado, ante la Comisión de Partidos del Senado terminó ayer abruptamente tras una bronca con el portavoz del grupo popular, Luis Aznar, cuyo partido fue acusado de ocultar al Tribunal de Cuentas subvenciones por valor de 25 millones de euros anuales. El tenso interrogatorio de Aznar al responsable de finanzas del partido presidido por Albert Rivera estuvo trufado de reproches mutuos, respuestas airadas e incluso un grito de “Al Capone” al representante del PP emitido desde los puestos donde se sentaron el senador naranja Francisco Javier Alegre y los diputados Miguel Gutiérrez y Toni Cantó.
Aznar trató de poner de relieve el “cúmulo de irregularidades” en que habría incurrido C’s en sus finanzas de 2015. Sin embargo, la acusación le vino rápidamente en su contra. Y es que Cuadrado avanzó que el grupo parlamentario de su formación formalizará próximamente en el Congreso una proposición de ley para obligar a todos los partidos a presentar al órgano fiscalizador las cuentas de todos sus grupos parlamentarios autonómicos y municipales.
La tensión era más que palpable para entonces. Acusaciones cruzadas -Aznar censuró a Cuadrado por tener “un cacao mental que mejor se dedique a otra cosa, y Cuadrado le respondió que “quienes tienen una empanada mental son ustedes- y algunos conatos de amenazas hicieron que la presidenta de la comisión, Rosa Vindel (PP), tuviera que tomar las riendas de la sesión para apaciguar los ánimos. Otro de los momentos álgidos llegó cuando a petición de los populares de clarificar la financiación, el representante naranja se comprometió a enviárselos “en un disco duro”. Pero remató con ironía al advertirle de que no lo rompa “a martillazos”, en alusión a los discos usados por el extesorero del PP, Luis Bárcenas.
Pese a las constantes interrupciones, durante su comparecencia el gerente naranja trató de ofrecer una explicación técnica sobre los motivos que llevaron al Tribunal de Cuentas a considerar desfavorable la contabilidad de su partido en 2015, ya que computó un millón de euros de las subvenciones de ese año cuando las cobró, es decir, al año siguiente, y no en el ejercicio correspondiente. - Efe