GINEBRA - A diferencia de los demás encausados por el procés, Mireia Boya no se retractó de nada ante el juez Llarena y no consideró simbólico el 1-O, algo que sí hicieron los dirigentes del PDeCAT y ERC que desfilaron ante el magistrado en los últimos meses o esta misma semana, sin ir más lejos, Marta Rovira, Marta Pascal y Artur Mas. Según Anna Gabriel, Boya pensaba al ir a declarar que el ingreso en prisión era una posibilidad que estaba sobre la mesa. Gabriel manifestó su intención de recuperar la vida académica como profesora universitaria, algo que hacía en la UAB antes de lograr un escaño en 2015. “Yo nunca hubiera elegido venir a Suiza. Si estoy aquí es por una situación forzada. Me gustaría que se archive la causa y poder volver a casa”, señaló la dirigente de la CUP, al tiempo que contempló la posibilidad de solicitar asilo al país helvético si finalmente la justicia española reclama su extradición. - I. S. M.
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