madrid - El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena dejó ayer en libertad y sin medidas cautelares al expresident Artur Mas tras declarar en calidad de investigado por su presunta sedición y rebelión en la causa contra el 1-O. Misma suerte que corrió la expresidenta de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y exalcaldesa de Vilanova i la Geltrú Neus Lloveras. Quien fuera Jefe del Govern defendió que en aquella jornada hubo un referéndum “real” a la vez que describió de “simbólica” y “parlamentaria” la declaración unilateral de independencia, negando que existiera un comité estratégico para lograr la ruptura.
“No hemos tenido que renunciar a nada, ni a la soberanía ni al derecho a decidir”, explicó Mas, “satisfecho” pero “triste” porque el hecho de que unos se encuentren en prisión y otros que no puedan volver de su exilio, caso de Carles Puigdemont, no le permite celebrar su libertad. En su relato ante el magistrado, Mas desgranó que en el 9-N siempre hubo voluntad de entendimiento y diálogo con el Estado, actitud “que no ha tenido contrapartida”. “Se nos convocaba a reuniones de carácter informal con composición de personas variables donde se hablaba de política. Si los políticos no podemos hablar de política de qué vamos a hablar”, señaló ante los medios. “Somos personas elegidas por el pueblo a través de las elecciones que tenemos mandatos políticos y electorales que debemos intentar cumplir en la medida de nuestras posibilidades y eso exige diálogo entre nosotros”, subrayó mientras le aplaudían decenas de personas que fueron al Supremo para apoyarle.
Investigado por formar parte del comité estratégico que presuntamente elaboró todos los pasos para declarar la independencia de Catalunya fuera de las vías legales, Mas también aparece en la Moleskine del exnúmero dos de Oriol Junqueras en Economía, Josep María Jové, donde supuestamente recogía las reuniones de la hoja de ruta. Con todo, el juez le dejó en libertad sin medidas cautelares a pesar de la petición de fianza solicitada por la acusación popular, representada por Vox, de 60.000 euros, y a la que se adhirió la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Según su abogado, Javier Melero, existe una evidencia que es que el referéndum del 1-O de celebró y que no hubo DUI. En su declaración, Mas validó que el proceso soberanista fuera negociado con el Estado central, tal y como lo intentó él en su etapa como president, amén de dejar claro que él era partidario de elecciones anticipadas.
Desde Vox se apuntó que Mas advirtió a su sucesor, Puigdemont, de que no se podía hacer una declaración unilateral de independencia y siempre apostó por llamar a las urnas. Estas dudas expresadas por Mas, que veía en la DUI un ataque frontal contra el Estado, vienen reflejadas en la agenda de Jové.
Por su parte, Lloveras salió del tribunal tras admitir ante Llarena que recomendó a los ayuntamientos participar en el 1-O. Ni la Fiscalía ni la acusación popular solicitaron medida cautelar alguna contra ella. Interrogada durante hora y media por su responsabilidad en el papel de los ayuntamientos con ocasión del referéndum, según fuentes de la acusación les habría recomendado participar en la consulta pese a las prohibiciones del Tribunal Constitucional basándose en lo señalado en tratados internacionales que no pudo concretar.
Interpelada por la frase “por las buenas o por las malas” que Lloveras profirió en una de las conversaciones telefónicas intervenidas por la Guardia Civil que mantuvo con Jové, concretó que dicha afirmación quizá fue erróneamente transcrita por los agentes en el documento aportado a la causa.
Fue incluida entre los investigados por el instructor de la causa del procés por los cargos que ejerció como presidenta de la AMI, organización que aparecía citada como miembro del comité estratégico del proceso soberanista catalán diseñado en el documento Enfocats . Al igual que al resto se le imputan indiciariamente delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.