Madrid - El nuevo modelo de partido de Pedro Sánchez resta poder a los barones territoriales y le otorga un importante papel a la militancia, así como un amplio margen de maniobra al propio secretario general del PSOE, al tiempo que restringe el papel de los simpatizantes. Así se desprende del reglamento aprobado ayer por la ejecutiva socialista y donde se establece que los barones ven reducida su capacidad de mando al no poder convocar consultas a las bases sin la autorización ejecutiva de Sánchez. Además, será Ferraz quien tenga la última palabra sobre la pregunta de cualquier consulta de cualquier nivel territorial, que siempre tiene que poder responderse con un sí o un no. El 20% de la militancia de cualquier comunidad puede proponer que se haga una consulta.

Según el secretario de Organización, José Luis Ábalos, el objetivo reside en convertir al PSOE “en el partido de la militancia”, que de hecho fue quien devolvió el liderazgo de la formación al actual secretario general poco tiempo después de ser desbancado. La norma, de 150 páginas, es una completa regulación sobre el funcionamiento interno del PSOE, desde las primarias, los órganos federales a las consultas a las bases, e incluye un nuevo código ético con la novedad de que regula el comportamiento en redes sociales.

Entre las diferentes medidas validadas las bases decidirán los pactos de Gobierno y dar la investidura a otro partido. El reglamento establece dos consultas obligatorias y vinculantes a la militancia: para ratificar los acuerdos ejecutivos a todos los niveles (nacional, autonómico y municipal) en los que participe el PSOE y para dar la investidura a otra fuerza diferentes a la socialista. En ellas no se exige una participación mínima. Será la dirección federal quien convoque cualquier consulta vinculante preguntando a la militancia sobre cualquier tema y decidiendo si su resultado resulta ser de obligado cumplimiento.

En otro orden de cosas, la militancia podrá elegir de modo directo a los secretarios generales de todos los niveles territoriales y a un tercio de los miembros de los comités, así como participar en la elección de los miembros a las conferencias políticas, y votar todas las candidaturas electorales a través de las asambleas. Aunque los órganos de dirección se reservan la potestad de decidir la composición de las listas electorales pese a que las bases puedan proponer candidatos. El equipo de Sánchez limita así el poder de los militantes en este apartado respecto a lo aprobado en el 39º congreso, que fijó la configuración de las listas mediante voto secreto y directo de la militancia.

candidatos a primarias Paralelamente, los candidatos a primarias deberán abandonar sus cargos orgánicos durante el proceso electoral para que los militantes con poder dentro del partido no usen su peso para lograr más apoyos en las elecciones. El secretario general, Pedro Sánchez, no está excluido de esta norma y deberá abandonar su puesto si aspira a presentarse a su reelección. Ello habría supuesto, por ejemplo, que Susana Díaz tendría que haber renunciado a su cargo de líder del PSOE andaluz cuando se presentó a las primarias contra Sánchez, y en las que cayó estrepitosamente.

Asimismo, los simpatizantes solamente participarán de forma obligatoria en la elección del candidato a presidente, y pueden hacerlo en las elecciones del cabeza de lista en las autonómicas y municipales a partir de 50.000 habitantes solo si los órganos del partido lo deciden. Por último, también se establece un código ético en las redes sociales. “Un militante debe cuidar la imagen del PSOE”, destacó Ábalos. El reglamento hace una serie de recomendaciones para usar las redes de una manera constructiva. El documento no establece nuevas sanciones para los casos de falta de respeto o injurias a otros afiliados. “No hay nada especial para las redes sociales porque que ya hay un capítulo sancionador que afecta a cualquier expresión allá donde se haga”, concluyó el número tres del partido.