Barcelona - La CUP mostró ayer por primera vez sus dudas acerca de la investidura de Carles Puigdemont y se abrió a estudiar la hipótesis de un candidato “alternativo” si, como todo apunta, la elección del líder de JuntsxCat se torna imposible. Así lo expresó ayer la portavoz de la dirección Núria Gibert que, aunque declaró que Puigdemont tiene “toda la legitimidad” y “ha hecho un gran trabajo” como presidente de la Generalitat, el procés está por encima de nombres.

Hasta el momento, la CUP no había manifestado en ningún momento sus reticencias a la candidatura del president destituido. Es más, desde que el Tribunal Constitucional prohibió la votación telemática, los anticapitalistas habían defendido por activa y por pasiva la desobediencia al tribunal para seguir adelante con la elección de Puigdemont. Ahora, sin embargo, reculan y contemplarán otras opciones con el objetivo de formar cuanto antes un nuevo Govern independentista. Este cambio de postura se produce en medio de los desencuentros entre JuntsxCat y ERC, que siguen sin encontrar una fórmula de investidura que contente a ambas partes.

Núria Gibert reiteró que el movimiento soberanista es más importante que los individualismos. “Esto no va de una persona, va de millones de personas que quieren esas nuevas instituciones, y eso pasa por tener alternativas en cualquier momento”, opinó. De esta manera, Carles Puigdemont pierde otro apoyo en su más que complicado intento para revalidar su cargo ya que la CUP, a pesar del abismo ideológico, se había mostrado fiel en todo momento al president destituido, al contrario que Esquerra, que mostró sus reticencias a Puigdemont casi desde el primer momento.

Pero en los últimos días las tornas han cambiado y los cupaires contemplan apoyar un plan alternativo ante las dificultades jurídicas y técnicas que plantea una investidura de Puigdemont desde Bruselas. “Quien piense que el proceso se puede descabezar descabezando a una sola persona se equivoca, porque si no, no estaríamos hablando de una impugnación democrática, sino de un delirio”, justifica la CUP. En la misma línea, Gibert rechaza que este giro en el discurso suponga plegarse a los designios de la justicia española. “No queremos subyugarnos a los mandatos del Tribunal Constitucional, pero no se acaba el mundo con una sola persona”, explica.

Los anticapitalistas, que tienen con sus cuatro escaños la llave de la mayoría parlamentaria y del futuro Govern, también se pronunciaron sobre las negociaciones para desencallar la investidura. Sorprendentemente, Núria Gibert afirmó que su formación se siente “más cerca de JuntsxCat que de ERC” en las conversaciones para la investidura. Sin embargo, añadió que comparten con ambos partidos soberanistas la necesidad de “luchar juntos” y acabar con la intervención de las instituciones por el artículo 155.

En medio del embrollo de la investidura, la CUP no cierra del todo la puerta a la repetición de las elecciones, aunque creen que supondría correr un “riesgo innecesario”, ya que nada garantiza que las formaciones independentistas puedan repetir la mayoría absoluta en el Parlament. Por ello, reclaman a JuntsxCat y a ERC que actúen con “mirada larga” y lleguen a un acuerdo, aunque ello suponga renunciar a que Puigdemont alcance la presidencia de la Generalitat. “Si no puede ser Puigdemont presidente, pensemos alternativas”, zanjó Gibert.

evitar el “simbolismo” El cabeza de lista de la CUP el pasado 21-D, Carles Riera, incidió en la misma idea que Gibert y rechazó que primen los “simbolismos” y el personalismo en las negociaciones para desbloquear la investidura. Riera también aludió directamente a Puigdemont, al que traslado que “esto no va de personas solas”.

Según publicó en su cuenta de Twitter, puesto que en la consulta del 1-O y en los comicios de diciembre “el independentismo votó República”, es necesario empezar “por la investidura de la presidencia y continuar con el proceso constituyente, las instituciones republicanas y las políticas sociales al servicio del pueblo”. El diputado anticapitalista añadió que “mientras algunos partidos independentistas se miran el ombligo, el pueblo, que se ha movilizado por la independencia y que el 21-D votó República, está desolado”.